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La máquina de inflar del mindefensa

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María Teresa Ronderos
15 de marzo de 2021 - 03:00 a. m.
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Con dos argumentos se ha defendido el ministro de Defensa, Diego Molano, de la indignación que produjo la noticia de que varios niños recién reclutados habían caído en un bombardeo contra la célula de un grupo armado en la zona rural de Guaviare. El primero, que “no se podía saber antes que había niños”, y el segundo, que “la discusión aquí no es la legitimidad de nuestra Fuerza Pública para desarrollar operaciones, sino cómo disidentes de las Farc siguen reclutando a estos jóvenes y los convierten en máquinas de guerra”.

No obstante, la calentura no está en esas sábanas a donde hábilmente ha llevado la discusión el ministro.

Sí se sabía, por alertas tempranas de la Defensoría del Pueblo, que en las zonas rurales de Miraflores (Guaviare) hombres armados y violentos han venido intimidando a las autoridades indígenas de la región para reclutar a sus hijos y que los adolescentes de Calamar (Guaviare) estaban en riesgo.

Los hechos son confusos aún, pero al cierre de este texto, Medicina Legal había confirmado la muerte de Danna Lizeth Montilla, de 16 años, y el Comité Cívico de Derechos Humanos del Meta dijo que Marlon Estiven Mahecha, de 12 años, era otra víctima.

El ministro Molano escoge bien sus palabras y habla de “máquinas de guerra”. Así da la impresión (falsa) de que lo que enfrenta la Fuerza Pública son ejércitos enormes, como hace 20 años cuando las Farc movilizaban tropas de 1.000 hombres por esos llanos. ¡Y pues, claro, ante semejante amenaza todo se justifica!

Es el discurso en el que está empeñado el Gobierno (y yo empeñada en develar su juego), agigantando al enemigo de una guerra que ya no existe y asegurándose siempre de llamarlos “Farc”, aunque sean una degradada disidencia interesada sólo en los negocios del oro y del narco. Así resucita a las desmovilizadas guerrillas Farc a cada chance, haciendo parecer que no hubo logro alguno con el Acuerdo de Paz.

Al segundo argumento, de que no es “la legitimidad de nuestra Fuerza Pública para desarrollar operaciones” lo que está en discusión, le hallo razón pero no con su lógica. Lo que realmente está en cuestión es un Gobierno sin política de seguridad, que deja a los militares sin norte, sin estrategia creativa ni tácticas certeras que se ajusten a los enemigos y realidades de hoy. Entonces la Fuerza Pública hace lo que ha hecho por medio siglo: bombardear a la guerrilla. Es el propio Gobierno quien la debilita, pues la lleva por un camino del que no puede salir bien.

En el aire también está la pregunta más crucial: ¿por qué si el Gobierno tiene una política clara en contra del reclutamiento forzado, en su “línea para la prevención y el reclutamiento de niños, niñas y adolescentes”, no consigue hacerla efectiva? Se supone que se coordinan autoridades locales, ICBF, colegios y Policía para dar respuesta rápida al riesgo, pero las alertas de reclutamientos en varios departamentos no paran, ni tampoco la angustia de madres y maestras que no saben cómo proteger a los niños.

Nadie pone en cuestión que el Ejército haga operativos, ni siquiera que pueda cometer errores lamentables cuando enfrenta peligrosos criminales. Lo que es inadmisible, ministro, es que su Ministerio no tenga una política más inteligente para desvertebrar las pequeñas disidencias, que su Gobierno no ponga en práctica la buena política que sí tiene para evitar el reclutamiento forzado de los menores y que usted, en lugar de lamentar la tragedia de que colombianos buenos maten por error a unos niños, salga desafiante a aprovechar el episodio para intentar romperle otro diente más a la paz.

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Martha(25230)16 de marzo de 2021 - 03:06 a. m.
Si, María Teresa, acojo en toda su extensión su columna, como el ministro no sabe que está haciendo, ni mucho menos qué debe hacer, pues como la mayoría de los funcionarios del gobierno Duque, está improvisando, una frase para él rimbombante, considera lo pone en un nivel de importancia, que no tiene ni ha tenido jamás, en su periplo por los diferentes cargos que ha ejercido sin pena ni gloria
Roberto(18501)15 de marzo de 2021 - 11:57 p. m.
Me pregunto por que el glorioso ejercito nacional, nunca ha bombardeado los campamentos de los paramilitares, los rastrojos, el clan del golfo, etc.
william(51538)15 de marzo de 2021 - 11:36 p. m.
Cesar Hernando(22835): No siga haciendo el ridículo borrando, copiando y pegando. Puede tramar a los ignorantes que todavía creen en esos cuentos del "heroísmo", la "Patria" y otras huevonadas, pero cada día somos más los que no les creemos. Perdieron el respeto al convertirse en esbirros de un civil, de un delincuente. Así que no se desgaste esparciendo tanta 💩💩💩💩💩
Alberto(3788)15 de marzo de 2021 - 11:25 p. m.
Muy acertada columna.
Cesar(22835)15 de marzo de 2021 - 10:40 p. m.
Acaso la columnista piensa que las FARC-Disidencias son un problema menor que le compete al ICBF. Recuerden que también tenemos: FARC-PC3, FARC-Comunes, FARC-Segunda Marquetalia, FARC-UP-Colombia Humana. Y por fortuna hay una Fuerza Publica que les llegara ahí donde se encueven o hagan "pactos históricos" contra natura con los enemigos de Colombia.
  • william(51538)15 de marzo de 2021 - 11:28 p. m.
    En lugar de estar haciendo "inteligencia" se la pasan es en estas, defendiendo con toda al criminal del Ubérrimo. Y vuelvo a pegar: Ustedes no "llegan" a ninguna parte, no hable popó. Lo de ustedes es masacrar gente indefensa (6.402 falsos positivos) y lanzar bombas a 12.000 pies de altura. Enfrentarse con los forajidos curtidos en el monte? ¡Paticas pa' qué las tengo!
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