Publicidad

La trampa mayor

Cecilia Orozco Tascón
09 de septiembre de 2009 - 03:15 a. m.

DICEN UNOS INTEGRANTES DE LA Corte Constitucional, con cara de bravos, que ellos no son del bolsillo del Presidente y resaltan su independencia frente a la revisión del trámite del referendo reeleccionista que deberán asumir.

Hacen esas afirmaciones como respuesta a las críticas de los analistas, críticas que no parecen tan arbitrarias, pues tienen de soporte los antecedentes laborales y profesionales de los magistrados que han estado vinculados al sector político más que al jurídico, y son más fieles al hombre que los hizo elegir que a la balanza de la justicia.

Puesto que falta otro período presidencial para completar la toma de la Corte, no todos los miembros de la Sala Plena caben en esa descripción. Pero eso poco le importa al poder palaciego porque al menos tres de ellos pertenecen a sus propias filas. No es secreto. Buen puntaje de arranque para el Gobierno y malo para la democracia, porque aunque el Ejecutivo y sus aliados del Congreso hayan arrasado con la Carta y con la ley, si logran dos votos más —que no serán muy difíciles de conseguir—, obtendrán la venia cortesana. Cómo estarán de tranquilos en la carrera octava que, dando por hecha la aprobación constitucional, ya empezaron a preparar los pasos siguientes: discutir el censo electoral, deslegitimarlo, “reducirlo drásticamente con el fin de facilitar la elección de Uribe” (eltiempo.com), intentar sacar al Registrador que escruta pero no es subalterno, y quedarse, mínimo, cuatro años más. La senadora Elsa Gladis Cifuentes, tránsfuga mandadera de la Casa de Nariño después de otras, quiere convencernos de que es “hora de actualizar los datos electorales… porque hay una grave amenaza para el país”. Aterricemos entonces el tema para que no nos crea bobos. Según los datos oficiales:

- 29 millones 500 mil colombianos pueden votar.

- Entre 1 millón y medio y 2 millones de cédulas de muertos están incorporadas al censo. Hay que descontarlas.

- 900 mil cédulas nuevas se les expiden cada año a los jóvenes que adquieren la mayoría de edad. Hay que incorporarlas.

- 7 millones 375 mil votos (el 25% del censo) se necesitan para que el referendo reeleccionista sea aprobado.

Supongamos que se eliminan de un tajo 2 millones de cédulas de fallecidos y se añadan 900 mil, únicamente del último año. El censo quedaría entonces en 28 millones 400 mil personas. Después de toda esa pirueta, ¿en cuánto quedaría el umbral para que el referendo de nuestros problemas sea aprobado? Respuesta: en 7 millones 100 mil votos.

Significa que la “grave amenaza” que preocupa a la senadora afecta el umbral para el referendo en 275 mil votos. ¿Es por esa nimiedad que los uribistas se dan semejante pela de credibilidad nacional e internacional?

Claro que no. Su verdadero proyecto consiste en sembrar la opinión de que se debe partir, en esta nación de abstencionistas, de los votantes reales, es decir, del número de quienes participaron en las elecciones de 2006. ¿Cuántos lo hicieron? ¡Bingo!: 11 millones. Y si, para simular transparencia, permiten añadir 900 mil nuevos votantes cada año desde 2006, llegaríamos a la suma justa: 14 millones 600 mil sería el nuevo censo ideal. ¡Bingo otra vez!: el umbral para que Uribe pueda ser candidato baja a 3 millones 650 mil votos, la mitad de lo establecido hoy. Cuentan que Valencia Cossio se frota las manos mientras piensa en esta, su estratagema mayor.

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar