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Las malas noticias no llegan solas

Mario Morales
06 de junio de 2008 - 01:25 a. m.

A VECES ES MEJOR NO MIRAR LAS EStadísticas, sobre todo si es viernes y uno está viendo los comerciales de Colombia es pasión. Basta un titular para que cambie el genio y se invierta el estado de ánimo. Esa puede ser la razón para que ese rubro sea uno de los de mayor recorte (de un 27% en relación con 2008) en el anteproyecto de presupuesto 2009 que estudia por estos días el Ministerio de Hacienda para presentarlo al Congreso.

Y es que, salvo las del DANE y las de los recolectores de firmas para la segunda reelección, esas estadísticas suelen ser portadoras de malas noticias, más aún si llegan en manada como sucedió esta semana que termina.

Dijo la Unesco que son más de dos millones los colombianos que no saben leer. No incluye la cifra a los compatriotas que no supimos leer el mensaje entre líneas de la presidenta del Congreso cuando responsabilizó a la oposición de un eventual tercer período de Uribe o cuando el Comisionado de Paz pidió la disolución de ciertos partidos políticos. En cualquier caso es imperdonable que en pleno siglo XXI haya seres humanos (y tantos, además) en este suelo que no se puedan comunicar mediante la palabra escrita.

También dijeron las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, en su cumbre de Roma, que hay 862 millones de personas hambrientas en el mundo. Modestamente, Colombia aporta a ese rubro cerca de siete millones de estómagos vacíos, cuyos dueños están por debajo de la línea de pobreza, es decir, que tienen ingresos inferiores a un dólar diario (que sigue en picada).

La FAO responsabiliza, entre otros, a las políticas que privilegian la obtención de combustibles antes que de comida. Es absurdo que en este planeta 100 millones de toneladas de cereales de consumo humano hayan sido desviadas “en su mayor parte para satisfacer la sed de combustible de los vehículos”. Absurdo y hasta criminal si añadimos que en esta patria cada día mueren tres niños por inanición.

Frente a esas dos problemáticas perdió impacto la cifra que ofreció la Policía Antinarcóticos en el sentido de que en Colombia hay dos millones de drogadictos.

Y no mencionemos las estadísticas restantes (desplazamiento, muertes violentas o minas antipersonales) no vaya y sea que incrementen las de depresión o las de indignación nacional.

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Solidaridad irreductible con Alfredo Molano y con la Libertad de Prensa.

www.mariomorales.info

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