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Las medallas ajenas que Duque quiere lucir

Óscar Sevillano
26 de noviembre de 2020 - 03:00 a. m.

Imagínense lo que podría pasar si el presidente de la Federación Colombiana de Fútbol buscara apropiarse de los aplausos por los goles de Falcao, James o Cuadrado. Piensen no más el problema que se formaría y la inevitable imagen de oportunista que podría ganarse el dirigente.

Esa misma imagen de oportunista que se dibuja en el hipotético caso mencionado en el párrafo anterior es la que están formando los colombianos del primer mandatario, Iván Duque, quien en su afán de mostrar logros busca apropiarse de medallas ajenas.

Lo hizo con el túnel de la Línea, obra que se inició en el gobierno Uribe y, como bien lo dijo el exvicepresidente Germán Vargas Lleras en su columna del diario El Tiempo, fue un proyecto mal planeado, mal diseñado, mal licitado, mal contratado y, por supuesto, mal ejecutado que, de no ser por el empeño puesto durante la administración de Juan Manuel Santos, hoy no sería realidad.

Sin embargo, según Iván Duque, en sus dos años de gobierno se ejecutó el 45% de la obra. Gracias a Dios no se le ocurrió decir que el 80%, pues es claro que esta obra en su gran mayoría se hizo realidad porque Juan Manuel Santos y su vicepresidente Vargas Lleras estuvieron al frente del proyecto, enderezando los entuertos y las desgracias heredadas.

Ahora Duque hace lo mismo con la Ley de Pago a Plazos Justos, aprobada por el Congreso de la República como Ley 2024, que establece que las facturas de todas las medianas, pequeñas y micro empresas se deben cancelar en un plazo máximo de 45 días, iniciativa del representante a la cámara Mauricio Toro, miembro del partido Alianza Verde.

En su afán por mostrar algo de lo que supuestamente ha hecho el gobierno Duque, la Presidencia de la República imprimió un libro pequeño llamado 100 logros del gobierno Duque 2019-2020, en donde incluye en el puesto No. 25 la Ley de Pago a Plazos Justos.

Uno se pregunta cómo se puede tener el cinismo de querer apropiarse de una iniciativa que ni siquiera se acompañó, porque durante el trámite del proyecto el gran ausente fue el Gobierno Nacional, y cuando se hizo presente no fue con la idea de respaldar la propuesta sino todo lo contrario, es decir, para retrasarla, aplazarla y sabotearla, con la muy posible idea de querer hundirla, sabe Dios con qué intereses.

Tengo la impresión de que Duque y su equipo creen que cada ley aprobada por el Congreso de la República dentro de su período de gobierno que requiera de la respectiva sanción presidencial es propiedad del primer mandatario. Debe ser la inexperiencia del presidente en los temas de Estado la que le hace actuar de esa manera tan torpe; la misma que le hace creer que la mejor solución para las masacres es un avión fumigador y que la primera letra de nuestro país es una P y no una C.

Me imagino lo que debe estar sintiendo el representante Mauricio Toro, autor de la Ley de Pago a Plazos justos, quien tuvo que dar la lucha para que la norma no se hundiera mientras hacía trámite en el Legislativo, como para que ahora el Gobierno Nacional, sin ninguna vergüenza, pretenda colgarse una medalla que no le corresponde.

Esto solo demuestra que el gobierno Duque tiene tan poco por mostrar, que no le interesa quedar en ridículo cuando se hace evidente que sus logros no son propios sino ajenos. Debe ser por esto la particular confusión de Duque con la P, porque con esta letra comienzan “pobreza mental” y “pobreza en logros… presidenciales”.

Cambiando de tema, gran esfuerzo deberá hacer Armando Benedetti para demostrar que su petrismo es tan profundo como lo fue su vargasllerismo, su santismo, su uribismo y su liberalismo.

@sevillanoscar

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Periscopio(2346)26 de noviembre de 2020 - 02:06 p. m.
Posiblemente es cierto el rumor de que Maduro es colombiano, a juzgar por su manera irracional de gobernar. Y para colmo, a juzgar por su insolente autoritarismo, es uribista. No fue el presunto "castrochavismo" el que llegó a Colombia sino el laureanouribismo el que llegó a Venezuela. Nuestras sinceras condolencias a la hermana república, compañera de infortunio.
Periscopio(2346)26 de noviembre de 2020 - 02:04 p. m.
Trino de Iván Duque: "!El que manda en Colombia soy yo!... aunque nadie me obedece... !PERO MANDO!" Ya Colombia se convirtió en Venezuela, porque también tiene su Guaidó.
Periscopio(2346)26 de noviembre de 2020 - 02:00 p. m.
Excelente columna. La eficiencia de Duque está basada sólo en ganar indulgencias con camándula ajena. Pero no hay que ser tan severos al criticar al siervo de Uribe, pues él cumple a cabalidad su misión de obedecer a su patrón, y no hay que olvidar que la obediencia no es un defecto sino una cualidad.
miguel(k9x72)26 de noviembre de 2020 - 11:23 p. m.
Es cierto ¡¡¡ Uno se pregunta: Cómo puede el titere tener tanto cinismo ¡¡¡ Pues si, lo tiene y además, tiene la prepotencia de la que sólo hacen gala los imbéciles. Es doloroso ver que quien nos gobierna, así no votamos por él, sea un completo inepto, mentiroso, cínico e incapaz... Para qué decir más
Eduardo(00883)26 de noviembre de 2020 - 10:25 p. m.
Benedeti no es más q un oportunista sin vergüenza y descarado x decir lo menos.
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