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Las placas del vehículo

Yohir Akerman
28 de febrero de 2021 - 03:00 a. m.

Dos nuevos y desconocidos elementos confirman la confabulación que hubo entre paramilitares, miembros de la Fuerza Pública, autoridades de gobierno, empresarios y narcotraficantes en el asesinato del profesor universitario Jorge Adolfo Freytter Romero, perpetrado hace casi 20 años.

Me explico.

Como se ha planteado en este espacio anteriormente, el 28 de agosto de 2001 Jorge Freytter, profesor de la Universidad del Atlántico, fue retenido al llegar a su casa en Barranquilla por un grupo de hombres fuertemente armados.

En medio del miedo y la confusión fue golpeado e introducido de forma violenta en una camioneta Toyota Hilux roja de placas AXK 646, que lo trasladó a una bodega desocupada por la zona de Ciénaga, Magdalena, en donde fue sometido por más de 24 horas a actos de tortura, que finalmente terminaron en su muerte al día siguiente a causa de asfixia provocada con una bolsa de plástico en su cabeza.

Freytter fue profesor universitario por más de 20 años, tiempo durante el cual también había participado en distintas actividades de carácter social y sindical.

Gracias a evidencia que ha sido mostrada en esta columna, se ha podido determinar que en su secuestro, tortura y asesinato intervinieron agentes de operaciones especiales del Gaula del departamento del Atlántico, miembros del DAS y estructuras paramilitares del Bloque Norte de las Auc controladas por Jorge 40.

Acá está el primer elemento hasta ahora desconocido.

Un anónimo con fecha del 26 de agosto de 2001 fue radicado ante la dirección del DAS y la Fiscalía en Barranquilla donde se anunciaba el asesinato del profesor. El documento tenía tres páginas, fue escrito en maquina de escribir y daba claves importantes.

“La presente es con el fin de comunicarles los atropellos, muertes, extorsión, amenazas, secuestros por parte de una banda de delincuentes que se hacen llamar ‘paramilitares’ comandados por un individuo apodado el Mocho de nombre Guillermo Campo se moviliza en una LUV de color vinotinto de placas AXK 646 y en un Mazda azul VUA XXX y reside en el barrio Costa Hermosa de Soledad carrera 43A #XX-XX. Este individuo apoyado por el Gaula del Ejército se desplaza con facilidad por la ciudad para cometer estos delitos de los cuales les rogamos sean investigados como son los miembros de la Universidad del Atlántico”.

Dos días después se cometió el crimen que hoy es declarado como de lesa humanidad en una camioneta Hilux doble cabina de color rojo vinotinto de placas AXK 646.

Pese al anuncio que daba el anónimo, el 29 de agosto de 2001, una día después de la desaparición del profesor Freytter en esa camioneta, la fiscal sexta especializada ante el Gaula de Barranquilla, Laura Venegas Ahumada, le solicitó al comandante del Gaula en Atlántico: “Sirva designar personal a su cargo para que a la mayor brevedad posible adelante las labores de inteligencia ordenadas encaminadas a esclarecer los hechos en materia de investigación relacionados con el secuestro simple y posterior homicidio del señor Jorge Freytter Romero”.

La Fiscalía solicitó cuatro cosas muy especificas: 1) identificar a los cuatro sujetos que se llevaron a la fuerza al profesor y lo secuestraron en el barrio San Isidro de Barranquilla en una camioneta Toyota Hilux color rojo, 2) establecer si Freytter fue asesinado, 3) establecer los móviles de la retención de Freytter y su posible homicidio, 4) indagar a los familiares del profesor e investigar si fue amenazado de muerte. También, sobre sus actividades en la Universidad del Atlántico, indagar en los alrededores del lugar donde fue secuestrado, indagar en la Asociación de Jubilados de la Universidad del Atlántico (ASOJUA), ubicar el nombre completo y dirección de los familiares de Freytter Romero, y ubicar la camioneta Toyota Hilux roja.

Es decir que, desde el inicio de la investigación, la Fiscalía acudió al Gaula para resolver un homicidio. Homicidio que —dos días antes del crimen— se había anunciado que iban a cometer. Pusieron a los ratones a cuidar el queso.

En efecto, el 3 de septiembre de 2001, el Gaula de Barranquilla le respondió a la fiscal Venegas que realizarían las labores de inteligencia, “así como las diligencias que sean necesarias para lograr la identificación, individualización y participación de los sujetos que secuestraron y posteriormente le dieron muerte al señor Jorge Freytter Romero”.

No siendo suficiente, también pidieron lo siguiente: “Toda operación a realizar se deberá informar al comando Gaula para un mejor desarrollo de la misma. Debiendo informar previamente sobre los resultados obtenidos durante las labores adelantadas”.

Es decir que el Gaula quería no solo estar encargado sino también completamente informado de cualquier avance paralelo de la investigación que los pudiera declarar culpables. Astutos.

El Gaula lo único que hizo fue desviar la investigación. Y los exagentes de esa unidad de operaciones especiales del Ejército que fueron los perpetradores del crimen del profesor, Flower Arngency Torres y Germán Antonio Sáenz, hoy se encuentran prófugos de la justicia. Sobre Torres la Fiscalía tiene conocimiento de que está operando con el Clan del Golfo mientras que se desconoce el paradero de Sáenz.

Pero ahora sabemos otro elemento hasta ahora desconocido en esa investigación y tiene que ver con la Toyota Hilux doble cabina rojo vinotinto en la que secuestraron al profesor.

Según los registros de propiedad de la camioneta con placas AXK 646, el propietario era el señor Mike Alberto Mitchell Palacio con cédula de Santa Marta. Este se convirtió en el dueño del vehículo el 15 de noviembre del 2000.

Mitchell Palacio es un narcotraficante sanandresano que fue solicitado en extradición en enero de 2017 por una corte de la Florida, Estados Unidos. La Corte del Distrito Medio de la Florida condenó a Mario Mitchell Pereira junto a sus dos hermanos, Olario Mitchell Palacio y Mike Mitchell Palacio, cuando fueron interceptados en una embarcación en aguas internacionales con más de una tonelada de cocaína en 2015 proveniente de La Guajira.

Es decir, los agentes del Gaula secuestraron al profesor Freytter y se lo llevaron en un vehículo de propiedad de un narcotraficante, pese a que la Fiscalía estaba avisada de que esto podía suceder, con la placa del carro y todo. Esto, con la complicidad y ayuda logística e instrumental de miembros del DAS de la región y ordenado por las estructuras paramilitares del Bloque Norte de las Auc controladas por Jorge 40.

Un crimen de lesa humanidad que reunió lo peor de esa zona, en un episodio lamentable donde el narcotráfico, los empresarios, el Gaula y las autoridades se confabularon con paramilitares.

@yohirakerman, akermancolumnista@gmail.com

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Manuel(55844)01 de marzo de 2021 - 11:09 p. m.
Definitivamente El Espectador está dedicado a atacar a las fuerzas militares, último bastión de defensa de la poca democracia que aún tenemos. Como nos hemos arrepentido los que abogamos porque El Espectador volviera, y los Cano; ahora creemos que lo mejor hubiera sido que se hubieran quedado en el olvido.
  • Jaime(20696)04 de abril de 2021 - 02:21 p. m.
    MANUEL, investigar, esclerecer la verdad y denunciar, es atacar a el ejercito colombiano, que con esos y otros comportamientos, no son ningun bastion para la defensa de la democracia, son mas bien el soporte institucional de una dictadura
usucapion1000(15667)01 de marzo de 2021 - 02:21 a. m.
Las fuerzas del Estado se volvieron los aliados más eficaces de los narcocriminalesgenocidas, malignas ratas, pero igualmente perversos son los que los justifican y los encubren con insanos y despistadores argumentos. Lo peor es que son las mentes más ernfermas, más hipócritas y codiciosas las que nos están gobernando. Qué nos paso?. EN EL 2022 PODEMOS SALIR DE TANTA PODREDUMBRE.
H. Callejas(4167)28 de febrero de 2021 - 10:52 p. m.
Y como premio a "JORGE 40" a su hijo le dieron la dirección de la unidad de victimas. Que verguenza
walter(04357)28 de febrero de 2021 - 10:06 p. m.
La misma triste historia de los asesinatos de hombres y mujeres que hacian oposición al régimen, que pensaban diferente. El mismo modus operandi. Los mismos asesinos confabulados. La misma porquería desde el propio Estado. La misma desvergonzada impunidad y los criminales en la calle.
rodolfo(24723)28 de febrero de 2021 - 09:14 p. m.
Ya lo dijo el mismo Mancuso me investiga el mismo estado para el cual trabaje, sobran más palabras
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