La animadversión de las Farc hacia Álvaro Gómez era de vieja data. En su libro Una historia política de las Farc, publicado en 1985 (editorial Oveja Negra) cuando decretaron el cese el fuego en el gobierno de Belisario Betancur, Jacobo Arenas recuerda que, en 1958, cuando llegó a la Presidencia Lleras Camargo, Álvaro Gómez Hurtado desde el Senado lanzaba violentas catilinarias contra lo que él denominó las “repúblicas independientes”, que no eran más que movimientos agrarios y de autodefensas. Y agrega que en mandos militares reaccionarios no solo se desarrollaba la teoría sino la práctica de la “guerra preventiva” y la “guerra interna” bajo la doctrina de la llamada Seguridad Nacional.
Y agrega Jacobo Arenas: “Álvaro Gómez Hurtado, otros senadores y representantes reaccionarios, la gran prensa y otros altos militares, vuelven a su virulenta campaña contra supuestas repúblicas independientes y hay en curso en la cúpula militar ya no solo la teoría de la guerra preventiva, sino planes concretos, objetivos determinados con absoluta precisión mediante la acumulación, procesamiento, evaluación y especificación de la inteligencia de combate, y el 27 de mayo de 1964, hace 20 años, bajo la Presidencia del conservador Guillermo León Valencia, comenzó en regla la Operación Marquetalia, bajo los lineamientos generales del plan LASO, o Latin American Segurity Operation, para que de una vez por todas quede claro de dónde partieron en última instancia, las órdenes de la operación militar” (páginas 81, 82).
No queda duda, pues, que desde sus inicios las Farc le querían cobrar a Gómez Hurtado aquello de “repúblicas independientes” para lo cual demoraron muchos años en reivindicar y otros tantos para reconocer y pedir perdón. Hay que entender el dolor de la familia, pero no hay razón ni pruebas para responsabilizar a quienes vienen inculpando. Si bien fueron gobernantes controvertidos, la trayectoria de Samper y Serpa no les da la categoría de homicidas.
Frente a tamaña columnia: ¡Mamola!