Sorprende y asusta el editorial de El Espectador en donde culpan a los usuarios de agredir a los médicos y al Estado por no abrir más puertas de acceso al sistema de salud.
Es increíble cómo a través de todo el texto no se menciona ni por un instante a los verdaderos culpables de este mal funcionamiento, esto es, las Empresas Promotoras de Salud, alias las EPS.
Sin mencionar a fondo el desfalco a los recursos por parte de las EPS a través de los recobros al FOSYGA y el caso tan sonado e impune de Saludcoop, son varios los casos que me permiten afirmar que de todos los problemas el primero a resolver tiene que ver con el funcionamiento de estas empresas que se olvidaron de su función principal y se dedicaron a hacer negocios con la salud y vida de los colombianos.
Basta con seleccionar sentencias al azar de fallos sobre responsabilidad médica proferidas por las altas cortes para constatar que la mayoría de los casos no son por errores médicos o falta de prudencia por parte de los profesionales, sino por falta de atención o por atención tardía. En algún momento ejercer la acción de tutela se volvió un requisito para que las EPS autoricen el servicio, pero ya hoy en día ni siquiera los pronunciamientos judiciales sirven, no les importa el desacato y a los pacientes desesperados no les queda más que pedir ayuda en redes sociales y medios de comunicación, lo que ha sido llamado por el ministro Gaviria (ministro estrella) como amarillismo.
Y es que las EPS se aprovechan de los pacientes que no tienen los medios o conocimientos para reclamar sus derechos, se aprovechan del sistema judicial que tarda años en resolver los casos de responsabilidad civil y se aprovechan sobre todo de que jurídicamente la falta de atención oportuna no sirve de nexo causal para establecer responsabilidad penal en los casos de muerte o lesiones a los pacientes.
Ahora bien, aunque me tachen de populista y me gane los reparos de mis colegas penalistas, es urgente que el Congreso de la República cumpla de manera inmediata el parágrafo 1 del artículo 14 de la Ley 1751 estatutaria de la salud, con el objeto de que a través de una ley se impongan sanciones penales a los representantes legales de estas entidades en los casos de negación de servicios.
Así es que mencionar una lista de problemas del sistema de salud sin referirse a la culpabilidad de las EPS resulta por lo menos injusto cuando a diario se recibe información sobre las situaciones a las que se enfrentan los enfermos, como los informes de la Defensoría del Pueblo que indican que en Colombia los niños con cáncer mueren por falta de atención y no por la enfermedad.
Resulta entonces desafortunado que sean los médicos y el personal en general quienes reciban los madrazos de los pacientes desesperados e impotentes, mientras los gerentes de las EPS se dedican a jugar golf. Y por último, cómo puede ser posible tanto enfermo en Colombia, todos los hospitales colapsados, sin habitaciones, sin camillas… rajados también en prevención.
@laverde1976
Sorprende y asusta el editorial de El Espectador en donde culpan a los usuarios de agredir a los médicos y al Estado por no abrir más puertas de acceso al sistema de salud.
Es increíble cómo a través de todo el texto no se menciona ni por un instante a los verdaderos culpables de este mal funcionamiento, esto es, las Empresas Promotoras de Salud, alias las EPS.
Sin mencionar a fondo el desfalco a los recursos por parte de las EPS a través de los recobros al FOSYGA y el caso tan sonado e impune de Saludcoop, son varios los casos que me permiten afirmar que de todos los problemas el primero a resolver tiene que ver con el funcionamiento de estas empresas que se olvidaron de su función principal y se dedicaron a hacer negocios con la salud y vida de los colombianos.
Basta con seleccionar sentencias al azar de fallos sobre responsabilidad médica proferidas por las altas cortes para constatar que la mayoría de los casos no son por errores médicos o falta de prudencia por parte de los profesionales, sino por falta de atención o por atención tardía. En algún momento ejercer la acción de tutela se volvió un requisito para que las EPS autoricen el servicio, pero ya hoy en día ni siquiera los pronunciamientos judiciales sirven, no les importa el desacato y a los pacientes desesperados no les queda más que pedir ayuda en redes sociales y medios de comunicación, lo que ha sido llamado por el ministro Gaviria (ministro estrella) como amarillismo.
Y es que las EPS se aprovechan de los pacientes que no tienen los medios o conocimientos para reclamar sus derechos, se aprovechan del sistema judicial que tarda años en resolver los casos de responsabilidad civil y se aprovechan sobre todo de que jurídicamente la falta de atención oportuna no sirve de nexo causal para establecer responsabilidad penal en los casos de muerte o lesiones a los pacientes.
Ahora bien, aunque me tachen de populista y me gane los reparos de mis colegas penalistas, es urgente que el Congreso de la República cumpla de manera inmediata el parágrafo 1 del artículo 14 de la Ley 1751 estatutaria de la salud, con el objeto de que a través de una ley se impongan sanciones penales a los representantes legales de estas entidades en los casos de negación de servicios.
Así es que mencionar una lista de problemas del sistema de salud sin referirse a la culpabilidad de las EPS resulta por lo menos injusto cuando a diario se recibe información sobre las situaciones a las que se enfrentan los enfermos, como los informes de la Defensoría del Pueblo que indican que en Colombia los niños con cáncer mueren por falta de atención y no por la enfermedad.
Resulta entonces desafortunado que sean los médicos y el personal en general quienes reciban los madrazos de los pacientes desesperados e impotentes, mientras los gerentes de las EPS se dedican a jugar golf. Y por último, cómo puede ser posible tanto enfermo en Colombia, todos los hospitales colapsados, sin habitaciones, sin camillas… rajados también en prevención.
@laverde1976