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Dignidad en medio de una irresponsabilidad generalizada


Dairo Elías González Quiroz*
16 de septiembre de 2024 - 05:05 a. m.

En respuesta al editorial del 10 de septiembre de 2024, titulado “El presidente adopta su versión más irresponsable”.

No solo es la irresponsabilidad de Gustavo Petro Urrego: es también la irresponsabilidad de algunos miembros del Consejo Nacional Electoral (CNE) -que no es el juez natural del presidente Petro y no puede destituirlo de su cargo- y del Consejo de Estado, que afirmó que en curso no hay un golpe de Estado contra el mandatario. Así mismo, el ente electoral investiga “la financiación de su campaña, los montos que se reportaron y se dejaron de reportar, y tomar decisiones sobre los involucrados, incluyendo, si es el caso, una remisión a la Comisión de Acusación de la Cámara de Representantes”, lo cual puede hacer, pero justa y responsablemente, y sin ningún protagonismo mediático.

Por la falta de neutralidad y por el abuso de poder contra la figura presidencial y su movimiento político por parte de esos dos consejos independientes, nuestro presidente escribió en su cuenta de X: “Esta vez le toca al pueblo colombiano y ya no es llenar la plaza de Bolívar sino ir por el poder”. Esta casa editorial tiene razón en cuestionar al presidente con estos interrogantes: ¿A qué se refiere con “ir por el poder”? ¿A suplantar la institucionalidad? ¿A sustituir la Constitución? ¿A perseguir a los “traidores”? En verdad, “lanzar frases así, sin contexto, mientras dice que lo quieren tumbar”, es mostrar el lado caprichoso y equívoco del presidente.

Hoy más que nunca, necesitamos un presidente con “cabeza fría y consciente de su propia influencia”. Lógicamente que las palabras importan; sus convocatorias, también. Y claro, “la institucionalidad no puede estar al vaivén de peleas con lógicas tuiteras” y combinaciones fatales para la salud mental colectiva, como cuando se mezcla la ferocidad del verbo “con el desgaste y abuso de la noción de pueblo”, lo cual es “un atentado contra los resortes de la comunicación” conducente al desconcierto nacional, como bien dice Arturo Guerrero. El doctor Petro tiene que respetar la separación de poderes y no puede seguir con discursos beligerantes que motiven al odio y a la polarización, tampoco los dos consejos mencionados; ellos tienen es que unir al país. Flaco favor, pues, se hace cuando, a escritos tuiteros presidenciales, “se les quieren sacar réditos políticos para dividir a la opinión, en un afán mezquino por desconocer que el trabajo mancomunado es el que más conviene”. ¿Podrá, entonces, el CNE enjuiciar con imparcialidad y respeto a la ley la campaña del hoy presidente de la República? ¿Tolerará el Consejo de Estado ese rasguño a su dignidad? ¿Detendrá el presidente su verborrea tuitera? Por el bien de la patria, eso esperamos todos.

* Profesor emérito, filólogo unilibrista, máster en literatura y escritor platomochotano.

Por Dairo Elías González Quiroz*

 

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