Impacto del ajuste salarial y las reformas tributarias bajo Gustavo Petro

En respuesta al editorial del 2 de enero de 2024, titulado “Una decisión prudente sobre el mínimo”.

Es esencial articular una perspectiva alternativa que reconozca los progresos logrados por la nación.

Primero, se debe desmitificar la visión de que la propuesta salarial de los sindicatos era irracional. Un aumento significativo en el salario mínimo puede estimular la demanda agregada y con ello impulsar la economía. El incremento del 12 % decretado por el Gobierno es un equilibrio prudente que refleja un compromiso con la mejora del poder adquisitivo de los trabajadores, lo cual es fundamental en tiempos de recuperación económica posterior a la pandemia y frente a la inflación.

El segundo punto a destacar es el alentador crecimiento del empleo. El aumento persistente de las tasas de empleo en un año no es un logro menor, especialmente en un contexto global de incertidumbre económica. Este dato va en contra de la narrativa convencional que asocia el aumento del salario mínimo con la pérdida de empleos, demostrando que las políticas implementadas pueden promover simultáneamente el empleo y la mejora salarial.

Asimismo, el escaso aumento del crecimiento económico del país no debe atribuirse únicamente a políticas internas. Factores externos como la volatilidad de los mercados internacionales, los precios de las materias primas y las variables financieras globales son también determinantes. Por lo tanto, es injusto focalizar el análisis macroeconómico solo en decisiones políticas internas sin considerar el panorama internacional.

Por último, abordar la propuesta de hacer una nueva reforma tributaria es reconocer la necesidad de una fiscalidad equilibrada y progresiva, que debe evolucionar para responder a las exigencias actuales. La idea de disminuir la tasa de renta corporativa y subirla para las personas naturales en grados más altos es un principio de justicia tributaria, que busca la redistribución equitativa de cargas y beneficios y enmarcar una economía más justa y competitiva.

La propuesta de una nueva reforma tributaria que incluya la disminución de la tasa impositiva para las empresas y su aumento para las personas con mayores ingresos se considera un paso hacia la justicia fiscal. Este enfoque progresivo ayuda a aliviar la carga a las empresas, potencialmente incentivando la inversión y la creación de empleo, lo cual es vital durante períodos de recesión económica internacional.

Una tasa impositiva corporativa más baja puede mejorar la competitividad económica de Colombia, atraer inversión extranjera y fomentar la retención de empresas nacionales. Esto es particularmente importante cuando la economía global se contrae, ya que las empresas buscan entornos fiscales favorables para maximizar su eficiencia operativa y su margen de ganancias. Por otro lado, se espera que aumentando los impuestos a las personas de mayores ingresos se genere una redistribución de la riqueza, aliviando potencialmente la desigualdad económica.

Luego de lo anterior concluyo que, lejos de perpetuar una perspectiva desfavorable sobre la política macroeconómica actual, es indispensable valorar los esfuerzos realizados para alcanzar un desarrollo sostenible y equitativo. El Gobierno de Petro está adoptando un enfoque reflexivo y considerado, buscando el bienestar a largo plazo del país y de sus ciudadanos. Es fundamental analizar el contexto de manera integral, reconociendo no solo los desafíos sino también los avances significativos en la economía y en la calidad de vida de los colombianos.