Por primera vez en nuestro país desde que existe la figura vicepresidencial, tenemos en dicho cargo a un verdadero conocedor de la problemática social, entregado de lleno y denodadamente decidido a enfrentar los más neurálgicos problemas que hasta el momento ha enfrentado el actual Gobierno.
Nos tenían acostumbrados los anteriores vicepresidentes a verlos y a escucharlos como figurines que ocasional y timoratamente opinaban sobre superfluos temas de interés nacional, dedicados de lleno a cocteles.
Es Angelino indiscutiblemente la mejor elección que hizo el presidente Santos, para desgracia de muchos que hubieran preferido ver a un pegote al compás del presidente con abolengos apellidos y refinado hablar, pero sin protagonismo de gobernar.
Sencillo, claro y directo, Garzón, con su vasta experiencia y exquisito manejo de las relaciones con los diversos gremios, es un conciliador como pocos, y como pocos es escuchado y respetado en sus planteamientos. Es hora de que Colombia, como en los más desarrollados países, tenga en su Vicepresidencia a un líder con tanto e igual poder que el presidente. Estamos madurando políticamente y eso es bueno para el país y su imagen internacional, además de blindarnos a los ciudadanos con líderes sensibles a problemáticas similares.
Como ministro y gobernador, por mencionar sus últimos cargos, tuvo reconocimiento nacional e internacional. Por algo en su actual cargo es solicitado para que aporte con sus buenos oficios en los más difíciles momentos que hasta ahora ha tenido que torear el actual gobierno.
Nada que les duela tanto a los lagartos que alguien abandere los temas que más atención necesitan, “las personas del común”. Apenas estamos viendo el despertar del poder vicepresidencial.
Esperamos su completa recuperación. Con su fe, optimismo y deseo por trabajar por nuestra Colombia, seguro lo logrará.
Raúl Moreno Sierra. Bogotá.
Envíe sus cartas a lector@elespectador.com
Por primera vez en nuestro país desde que existe la figura vicepresidencial, tenemos en dicho cargo a un verdadero conocedor de la problemática social, entregado de lleno y denodadamente decidido a enfrentar los más neurálgicos problemas que hasta el momento ha enfrentado el actual Gobierno.
Nos tenían acostumbrados los anteriores vicepresidentes a verlos y a escucharlos como figurines que ocasional y timoratamente opinaban sobre superfluos temas de interés nacional, dedicados de lleno a cocteles.
Es Angelino indiscutiblemente la mejor elección que hizo el presidente Santos, para desgracia de muchos que hubieran preferido ver a un pegote al compás del presidente con abolengos apellidos y refinado hablar, pero sin protagonismo de gobernar.
Sencillo, claro y directo, Garzón, con su vasta experiencia y exquisito manejo de las relaciones con los diversos gremios, es un conciliador como pocos, y como pocos es escuchado y respetado en sus planteamientos. Es hora de que Colombia, como en los más desarrollados países, tenga en su Vicepresidencia a un líder con tanto e igual poder que el presidente. Estamos madurando políticamente y eso es bueno para el país y su imagen internacional, además de blindarnos a los ciudadanos con líderes sensibles a problemáticas similares.
Como ministro y gobernador, por mencionar sus últimos cargos, tuvo reconocimiento nacional e internacional. Por algo en su actual cargo es solicitado para que aporte con sus buenos oficios en los más difíciles momentos que hasta ahora ha tenido que torear el actual gobierno.
Nada que les duela tanto a los lagartos que alguien abandere los temas que más atención necesitan, “las personas del común”. Apenas estamos viendo el despertar del poder vicepresidencial.
Esperamos su completa recuperación. Con su fe, optimismo y deseo por trabajar por nuestra Colombia, seguro lo logrará.
Raúl Moreno Sierra. Bogotá.
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