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¿Bogotá paradójica?

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06 de enero de 2011 - 02:14 a. m.
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Acerca de la más reciente columna de Alejandro Gaviria, ‘Bogotá paradójica’, quisiera hacer algunas apreciaciones.

En primer lugar, como reconoce el columnista, Bogotá es la ciudad del país con la menor tasa de desempleo, sólo superada por San Andrés y la única que no pertenece a la costa Atlántica con tasas de un dígito (8,6% frente a 10,5% del país), rompiendo la generalidad de alta desocupación de las ciudades del interior.

Segundo, que la responsabilidad de las autoridades locales sobre el desempleo es limitada, aunque creciente. La ciudad no influye sobre aspectos como la tasa de cambio o la regulación laboral, determinante por los efectos de la reforma del año 2003 sobre la calidad del empleo, pero tiene un papel determinante en las políticas activas de empleo y en generar las condiciones para la productividad.

En tercer lugar, se afirma que Bogotá es la ciudad “paraíso de los rebuscadores, la ciudad de los muchos malos empleos”. En realidad, la calidad del empleo en Bogotá es mucho mayor a la de la nación: mientras la informalidad en Bogotá en el periodo enero-agosto de 2010 era del 45%, en Colombia era del 63%, y para el trimestre móvil septiembre-noviembre de 2010, por cada 1.000 ocupados, 539 eran asalariados, en el país esa cifra era de tan sólo 377. Y si bien es cierto que una importante proporción de los nuevos empleos de mala calidad se genera en Bogotá, esto no es de extrañar si se tiene en cuenta que los 333 mil nuevos puestos de trabajo generados en la ciudad representan el 66,8% del total del país.

Sin embargo, lo anterior no significa que se deba estar satisfecho con la calidad del empleo generado; éste deberá, junto con mantener cifras de desempleo de un dígito, ser el gran reto en materia de empleo en la ciudad y en el país.

Por último, se puede discutir la aparente paradoja bogotana: “Una ciudad donde, en teoría, poca gente quiere vivir, pero donde, en la práctica, cada vez más y más gente tiene que vivir”. En realidad la paradoja es que a pesar de la caricatura de que vivir en Bogotá es un caos, Bogotá sigue y seguirá siendo la ciudad de todos los colombianos, la ciudad de las oportunidades, del desarrollo humano y, en definitiva, la ciudad de los derechos.

 Mariella Barragán Beltrán. Secretaria de Desarrollo Económico de Bogotá. Bogotá.

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