Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Nota del editor: El 30 de septiembre de 2025, amanecimos con la noticia de la muerte de Victoria Strauss Travesti, lideresa trans de Medellín. Reproducimos una carta de su autoría, publicada en este diario el 5 de julio de 2023.

El pasado 2 de julio, las maricas, las herederas de las machorras, las desviadas, las falsas mujeres, las gogó, las yeyé, las lenchas y las invertidas nos encontramos, una vez más, para exigir la garantía de los derechos que nos siguen negando en el acceso a la salud. Con profundo dolor recordamos la trágica muerte de una hermana travesti en una de las bancas del Parque de Bolívar, empobrecida, enferma y despreciada por un sistema de salud violento y negligente. También lamentamos los asesinatos de hombres gais en Medellín y expresamos nuestra impotencia ante la invisibilidad de las violencias de género que afectan a miles de lesbianas, bisexuales y personas con experiencias de vida trans y no binarias. La misma impotencia que nos genera recordar el asesinato de La Gata, una madre travesti que tampoco sobrevivió a las inclemencias de una cultura que se aferra a legitimar el uso de las armas para silenciar las vidas, desaparecer y amedrentar nuestras identidades. Marchamos por la materialización de las aspiraciones a acceder a una educación básica y superior, donde la discriminación sea una clase de historia y no la historia que se repite. Nos movilizamos para acceder a un empleo que nos permita condiciones de vida digna, pero con empleos y formas de resistencia económica cuidadosas de nuestras identidades.
Gritamos una y otra vez que la Ley integral trans, que será radicada este próximo 20 de julio, es la reivindicación de todas las luchas y demandas enunciadas. Nuestros derechos no son un privilegio, son la garantía de acceder a una ciudadanía libre y en paz, son la garantía de la dignidad que continuamos esperando en nombre de quienes hoy no nos acompañan, de quienes aún continuamos resistiendo y, por supuesto, de miles que están por venir.
Nuestras luchas identitarias no son una ideología, son tan reales y tangibles como la naturaleza que nos habita. Desde la academia, la política, el arte, la ciencia, la crítica social y, por supuesto, el transfeminismo, tenemos el poder de apostarles a propuestas contundentes para vincular desde las diversas demandas intersectoriales. Nuestras perspectivas, que no distan de las demandas comunes por igualdad ante el derecho y la justicia social, también demandan lo que bien enuncia nuestra vicepresidenta: “hasta que la dignidad se haga costumbre”.
Victoria Strauss Travesti, mujer trans de Medellín
Envíe sus cartas a lector@elespectador.com
