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Omisión a la historia
A propósito del editorial 27 de agosto, titulado “Una condena valiosa aunque tardía”. Recuentan la historia y, con precisión digna de un neurocirujano, escarban los hechos, pero omiten totalmente la mención de los nombres de presidentes, directores del DAS, altos funcionarios y de todos los bandidos que participaron en el crimen contra la periodista.
En un país plagado de bandidos de una, otra y muchas clases más, es urgente identificarlos por sus nombres. Ojalá lo hagan, porque, aunque tarde, será muy útil.
Jaime Carmona Fonseca
En defensa de la fe
Habiendo analizado su editorial del 28 de agosto, titulado “El Estado laico no puede privilegiar una fe particular”, creo que esto abre un debate bastante sensible. Así como los defensores del ateísmo sostienen su postura, veo una inconsistencia en su argumentación: si somos un Estado laico, todos tenemos los mismos derechos. Aceptar una tutela de este tipo no solo vulnera nuestra fe, sino que también abre la puerta a sacar a Dios de todos los espacios de la sociedad. Creo que esa sería la peor definición de una sociedad.
Emiro Barrios
La edad del crimen
Oportuno el editorial del 31 de agosto, titulado “Debemos repensar las penas sin olvidar la resocialización”. Sin embargo, creo que el debate debería haberse enfocado en otra cuestión: ¿la adolescencia, e incluso la niñez, es un dato cronológico o mental? De cierta manera, esto fue insinuado por el profesor Reyes.
El periódico La Patria de Manizales, en sus ediciones del 27 de julio y del 22 de septiembre de 1960, ya planteaba el problema de los jóvenes “bandoleros”. Al teniente Roosevelt, por la misma época, el Ejército logró darle de baja cuando tenía ¡12 años! Valdría la pena parafrasear a Sartre: no hay problemas nuevos, sino que somos nuevos frente a los problemas.
Es urgente convocar un debate nacional con académicos, psicoanalistas, psicólogos y neurólogos sobre la edad y las actitudes criminales; incluyendo otra pregunta fundamental: ¿es el garantismo alemán aplicable a la “realidad” delictiva colombiana?
Medellín y el área metropolitana han sido demasiado exitosas en el adiestramiento y conformación de verdaderos ejércitos de sicarios.
Pastor Alberto Acevedo
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