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No hay insensatez cuando hay motivos

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06 de noviembre de 2025 - 05:00 a. m.
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Con respecto a su editorial “Incluir al presidente Petro en la lista Clinton es una insensatez”, publicada el domingo 26 de octubre, esta nos deja con gran preocupación, como familia y como sociedad. Son múltiples y constantes las conductas —no solo de su retórica incendiaria y enemistosa— del presidente Petro que generan profunda desconfianza, en diferentes frentes de la política, y en la ciudadanía, sobre su responsabilidad y dignidad como primer mandatario de nuestro querido país y representante de todos los colombianos ante el mundo.

Solo para referirme a los actos asociados a la Lista Clinton, expongo a continuación varios hechos informados por medios periodísticos que involucran al presidente Petro y que producen alta incertidumbre sobre su conducta como gobernante: apoyo al gobierno de Nicolás Maduro; declaraciones ligeras sobre organizaciones narcoterroristas como el Tren de Aragua y el Cartel de los Soles; concesión de beneficios a guerrillas y grupos delincuenciales; rechazo a la política global de lucha contra las drogas y el narcotráfico; vinculación judicial de su hijo con narcotraficantes; el llamado Pacto de la Picota; financiación de la campaña presidencial con recursos ilícitos; y visitas a narcotraficantes en el exterior, entre otros.

Puede que los anteriores elementos no constituyan un conjunto probatorio judicial, pues no conozco siquiera investigación formal alguna en Colombia. ¿Por qué? Lo desconozco; sería interesante que los medios de comunicación lo indagaran. Sin embargo, parece que el gobierno de Estados Unidos sí se toma en serio hechos como los mencionados, por los cuales habrá realizado, seguramente, los estudios correspondientes para tomar la decisión conocida, cuya evidencia, además, gozará de absoluta reserva y confidencialidad por diversos motivos.

En este contexto, objetivamente, no se encuentran rasgos de insensatez en la decisión del gobierno estadounidense, como lo hace ver su editorial, la cual carece de fundamentos y de espíritu periodístico, pues parece dedicarse a analizar exclusivamente aspectos subjetivos de los presidentes de cada nación, olvidando el rigor de análisis propio del buen periodismo que caracteriza a este importante medio de comunicación.

Alfredo D’Costa Rodríguez

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