Cartas sobre el metro, la ETB y los títulos de Peñalosa
Tres cartas sobre el metro de Bogotá, la venta de la Etb y los títulos de Enrique Peñalosa.
Sobre el metro de Santiago y el de Bogotá
Ojalá con Peñalosa el metro de Bogotá, elevado como el de Medellín, pase de ser una vergonzosa muestra de incapacidad de gestión y de manejos corruptos de varios alcaldes, a ser una realidad, no tan sofisticada como el metro de Santiago, que entre otras cosas es una belleza, pero sí que demuestre que algo que está lejos de ser una obra cumbre de la ingeniería, no nos quedó grande.
Francisco Jiménez.
Sobre la venta de la ETB
Su editorial “La difícil venta de ETB” (El Espectador, 22/05/16) intenta tocar el punto, pero sin tomar partido entre las dos posiciones. En tratándose de bienes del Estado, lo lógico para cualquier colombiano es rechazar el intento de continuar con la tarea impuesta por la globalización neoliberal. Lamentablemente la posición del Gobierno y la dirigencia nacional es la de feriar los bienes públicos y las empresas del país, cosa que nos coloca como el país más abyecto y sometido a los intereses de las multinacionales y en hipotecar su soberanía.
Luis Ernesto Castañeda. Cali.
Sobre los títulos falsos e inexistentes
Un saludo especial para los columnistas Yohir Akerman y Fernando Araújo Vélez por sus columnas del domingo pasado (“Peñalosa y su falsedad ideológica” y “Allá ellos”, respectivamente), relacionadas con el delito de falsedad ideológica en documento público en que en repetidas ocasiones ha incurrido el indecente e indeseable alcalde de Bogotá, y la cruda realidad respecto a la clase de algunos altos funcionarios que tenemos, enorgullecidos de los cargos que ostentan; deleitados pensando que, por ser ellos, son mejores seres humanos, a sabiendas de que sólo son el fruto de barbarie, robo descarado, infamia, deshonestidad y todo tipo de corrupción.
“Allá ellos”, es verdad, si eso los hace sentir bien frente a sus hijos, frente a los colombianos de bien; allá ellos si creen que es lo mejor que pueden hacer por Colombia. Los colombianos decentes, víctimas de engaños, atropellos y toda clase de indignidad por parte de quienes nos gobiernan, esperamos por momentos la suerte que corran tan nefastos personajes, cuando el universo dé a cada uno de ellos lo que en compensación merece.
María Helena Rubiano Cubillos.
Envíe sus cartas a lector@elespectador.com.
Tres cartas sobre el metro de Bogotá, la venta de la Etb y los títulos de Enrique Peñalosa.
Sobre el metro de Santiago y el de Bogotá
Ojalá con Peñalosa el metro de Bogotá, elevado como el de Medellín, pase de ser una vergonzosa muestra de incapacidad de gestión y de manejos corruptos de varios alcaldes, a ser una realidad, no tan sofisticada como el metro de Santiago, que entre otras cosas es una belleza, pero sí que demuestre que algo que está lejos de ser una obra cumbre de la ingeniería, no nos quedó grande.
Francisco Jiménez.
Sobre la venta de la ETB
Su editorial “La difícil venta de ETB” (El Espectador, 22/05/16) intenta tocar el punto, pero sin tomar partido entre las dos posiciones. En tratándose de bienes del Estado, lo lógico para cualquier colombiano es rechazar el intento de continuar con la tarea impuesta por la globalización neoliberal. Lamentablemente la posición del Gobierno y la dirigencia nacional es la de feriar los bienes públicos y las empresas del país, cosa que nos coloca como el país más abyecto y sometido a los intereses de las multinacionales y en hipotecar su soberanía.
Luis Ernesto Castañeda. Cali.
Sobre los títulos falsos e inexistentes
Un saludo especial para los columnistas Yohir Akerman y Fernando Araújo Vélez por sus columnas del domingo pasado (“Peñalosa y su falsedad ideológica” y “Allá ellos”, respectivamente), relacionadas con el delito de falsedad ideológica en documento público en que en repetidas ocasiones ha incurrido el indecente e indeseable alcalde de Bogotá, y la cruda realidad respecto a la clase de algunos altos funcionarios que tenemos, enorgullecidos de los cargos que ostentan; deleitados pensando que, por ser ellos, son mejores seres humanos, a sabiendas de que sólo son el fruto de barbarie, robo descarado, infamia, deshonestidad y todo tipo de corrupción.
“Allá ellos”, es verdad, si eso los hace sentir bien frente a sus hijos, frente a los colombianos de bien; allá ellos si creen que es lo mejor que pueden hacer por Colombia. Los colombianos decentes, víctimas de engaños, atropellos y toda clase de indignidad por parte de quienes nos gobiernan, esperamos por momentos la suerte que corran tan nefastos personajes, cuando el universo dé a cada uno de ellos lo que en compensación merece.
María Helena Rubiano Cubillos.
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