Cartas sobre las auxiliares del hogar y el gobernador de Caldas
Auxiliares del hogar
En el Editorial del 22 de junio, El Espectador se refiere a las “empleadas domésticas”, o sea a las mujeres criadas, sirvientas, cocineras, mansas, dóciles, obedientes, semiesclavas.
Si con la ley se quería dignificar el trabajo de las personas que colaboran en el bienestar de los hogares, se debió comenzar por dejar la estigmatización del oficio. Seguramente en el listado de trabajos podría estar el de auxiliar del hogar.
Según las noticias, la ley es general: “Todo empleador está obligado a pagar a cada uno de sus trabajadores como prestación especial, una prima de servicios que corresponde a un mes de salario dividido en dos pagos por año”. De esta manera se benefician todos los empleados y ojalá se puedan desmontar los llamados oficios por prestación de servicios, patrocinados especialmente por los contratistas públicos para evadir el pago de prestaciones laborales.
En esta época de grandes avances en el vivienda familiar, el SENA podría capacitar a los potenciales auxiliares del hogar de tal manera que pudieran ser excelentes en el manejo de los oficios caseros y además del cuidado primario de las personas adultas que necesitan de quien les administre su medicina y les recuerden sus cuidados personales, amén de que les puedan servir de conductores ocasionales del automóvil. Por supuesto que el salario será superior al mínimo.
Consejo de Estado y eficiencia
El Consejo de Estado debe estar muy atento y estudioso con el análisis de la pesada coyuntura por la que pasa el departamento de Caldas, al estar su gobernador suspendido.
Se espera que no se dilate el fallo, cualquiera que sea, porque es inmerecido para cualquier entidad territorial del país que tan delicado asunto sobre estabilidad o inestabilidad definitiva de su mandatario esté copando mucho espacio de tiempo su estudio y análisis por parte del Consejo de Estado, porque la atmósfera que se vive con encargado es de suma ineficiencia, en razón a que no hay genuino sentido de pertenencia, por la misma transitoriedad de su autoridad civil, la que sí se vive con los gobernantes elegidos por el voto popular.
Es necesario recordarle al Consejo de Estado que Guido Echeverri Piedrahita sucedió en el cargo a Julián Gutiérrez. No se puede alegar reelección inmediata, puesto que mediaron elecciones de su antecesor. El Derecho también tiene sentido común, que en este caso es de suma evidencia.
Envíe sus cartas a lector@elespectador.com
Auxiliares del hogar
En el Editorial del 22 de junio, El Espectador se refiere a las “empleadas domésticas”, o sea a las mujeres criadas, sirvientas, cocineras, mansas, dóciles, obedientes, semiesclavas.
Si con la ley se quería dignificar el trabajo de las personas que colaboran en el bienestar de los hogares, se debió comenzar por dejar la estigmatización del oficio. Seguramente en el listado de trabajos podría estar el de auxiliar del hogar.
Según las noticias, la ley es general: “Todo empleador está obligado a pagar a cada uno de sus trabajadores como prestación especial, una prima de servicios que corresponde a un mes de salario dividido en dos pagos por año”. De esta manera se benefician todos los empleados y ojalá se puedan desmontar los llamados oficios por prestación de servicios, patrocinados especialmente por los contratistas públicos para evadir el pago de prestaciones laborales.
En esta época de grandes avances en el vivienda familiar, el SENA podría capacitar a los potenciales auxiliares del hogar de tal manera que pudieran ser excelentes en el manejo de los oficios caseros y además del cuidado primario de las personas adultas que necesitan de quien les administre su medicina y les recuerden sus cuidados personales, amén de que les puedan servir de conductores ocasionales del automóvil. Por supuesto que el salario será superior al mínimo.
Consejo de Estado y eficiencia
El Consejo de Estado debe estar muy atento y estudioso con el análisis de la pesada coyuntura por la que pasa el departamento de Caldas, al estar su gobernador suspendido.
Se espera que no se dilate el fallo, cualquiera que sea, porque es inmerecido para cualquier entidad territorial del país que tan delicado asunto sobre estabilidad o inestabilidad definitiva de su mandatario esté copando mucho espacio de tiempo su estudio y análisis por parte del Consejo de Estado, porque la atmósfera que se vive con encargado es de suma ineficiencia, en razón a que no hay genuino sentido de pertenencia, por la misma transitoriedad de su autoridad civil, la que sí se vive con los gobernantes elegidos por el voto popular.
Es necesario recordarle al Consejo de Estado que Guido Echeverri Piedrahita sucedió en el cargo a Julián Gutiérrez. No se puede alegar reelección inmediata, puesto que mediaron elecciones de su antecesor. El Derecho también tiene sentido común, que en este caso es de suma evidencia.
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