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¿Contradicción de nuestro discurso?

Cartas de los lectores

28 de marzo de 2011 - 10:00 p. m.

Dirijo a ustedes la presente con el objeto de compartir la que juzgo es una contradicción del discurso en la defensa de la libertad de expresión.

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Considero contradictorio que manifestaciones escudadas en la “libertad de expresión” para apoyar, entre otras, causas como la de los derechos de los homosexuales, la del aborto, la de la izquierda política y la “antitaurina”, se nieguen de manera tan feroz, beligerante, violenta e intransigente a reconocerles espacios a quienes no comparten su visión. ¿No es contradictorio, respetados “defensores de la libertad de expresión”, que la única expresión que se puede manifestar y defender es aquella con la que ustedes coincidan? Me parece que suena a dictatorial, ¿o no?


Creo que mis derechos llegan hasta donde empiezan los del otro. Por eso respeto, así no lo comparta, que el señor procurador se oponga de manera tan radical al aborto. Por eso temo al enterarme, así tampoco lo comparta, que hay ciertos seres humanos que odian a sus semejantes por tener diferente color de piel, diferente inclinación sexual, diferente orientación política, diferente nacionalidad. La moneda de la libertad de expresión, como toda moneda, tiene dos caras, y cada que es lanzada al aire, casi nunca cae parada, y tan sólo hay una posibilidad del 50% de que caiga del lado que le gustaría a cada una de las partes que se expresan diferente acerca del mismo asunto. ¿Entonces, vale o no la libertad de expresión, con todo y la “derrota” que puede generar cuando la moneda muestra la cara contraria?


François R. Cavard M. Bogotá.


Sobre prejuicios


Mi mamá se divorció cuando era muy mal visto que las mujeres decidieran seguir solas. Las mojas del colegio me miraban con lástima, y me susurraban que buscara en Jesús el modelo de hombre que me guiara en mi camino. No me perdí de la buena vía pese al divorcio... y a las monjas. Tengo un matrimonio feliz y mi hijo menor me preguntó el otro día por qué yo no me divorciaba, pues él quería tener dos casas como sus demás amiguitos. Me reí y pensé cómo cambian las cosas. María Elvira Samper recordó este domingo, en el contexto de la adopción de parejas del mismo sexo, que el 36% de las familias son hoy monoparentales y aunque el modelo tradicional (mamá + papá = hijos) todavía es mayoría (44%), ya no es dominante. Bueno sería que comenzáramos a abrir nuestras mentes a las nuevas formas de familia y dejáramos atrás los amañados y dañinos prejuicios.

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 Catalina Cartagena. Bogotá.


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