Quisiera referirme al editorial respecto al tercer Censo Nacional Agropecuario –CNA– (El Espectador, “El censo adeudado”, Nov 29/13). Se plantean allí dos grandes inquietudes sobre algunos aspectos operativos y administrativos del censo.
La primera tiene que ver con la posibilidad de que se presente alguna distorsión en los resultados ante el hecho de que la recolección de datos se hará durante dos semestres diferentes del año.
Para disminuir los sesgos técnicos en las variables del censo por un tiempo de recolección extendido con dos años calendarios, se ha dejado fijo el período de referencia para algunas variables, como es el caso de la producción, para el que se definió el año calendario 2013. Las demás variables tienen un corto periodo de referencia: el día de la entrevista, los últimos 30 días y los últimos 12 meses; estas variables son de naturaleza estructural, es decir que poco cambian en el corto plazo (diferencias en tiempo que no superan los dos meses). La mayor parte del operativo de campo se ejecutará durante el primer semestre de 2014 (99,48% del área rural y el 98,49% de los predios rurales a nivel nacional).
Es importante resaltar también que el esquema de este tercer censo agropecuario está de acuerdo con las buenas prácticas estadísticas recomendadas por la FAO y que en países como Argentina y Brasil, por ejemplo, se han ejecutado operativos de campo con períodos de referencia más amplios en el tiempo y con excelentes resultados.
Sobre el tema de las contrataciones de personal, es un cuidadoso proceso que empieza con la inscripción y reclutamiento de personal de la zona, el cual realiza el personal del mismo Dane con acompañamiento permanente de la Dirección General. Para ello se cuenta con el apoyo de las administraciones municipales, el Ministerio de Trabajo, los planteles educativos que tienen carreras técnicas y agropecuarias, los comités de cafeteros, directorios del DANE, entre muchos otros, con el fin de garantizar que el personal seleccionado sea del municipio.
Si bien las hojas de vida se reciben a través de correos institucionales del DANE, una primera selección del personal que cumple los requisitos establecidos, según los roles y condiciones de calidad que exige el censo, se hace a través del convenio con FONADE-FONTIC.
Los preseleccionados realizan un entrenamiento presencial de 5 ó 6 días, el cual está a cargo de personal técnico del DANE. Dentro de este entrenamiento, deben presentar pruebas de acuerdo con el rol para el que están aplicando.
La selección final la hace el DANE teniendo en cuenta los resultados de esas pruebas; se trata por lo tanto de una selección técnica y por meritocracia, y esto precisamente es lo que genera malestar entre algunos. Nada más transparente que este mecanismo sin lugar a duda.
Mauricio Perfetti del Corral.
Director, DANE
Quisiera referirme al editorial respecto al tercer Censo Nacional Agropecuario –CNA– (El Espectador, “El censo adeudado”, Nov 29/13). Se plantean allí dos grandes inquietudes sobre algunos aspectos operativos y administrativos del censo.
La primera tiene que ver con la posibilidad de que se presente alguna distorsión en los resultados ante el hecho de que la recolección de datos se hará durante dos semestres diferentes del año.
Para disminuir los sesgos técnicos en las variables del censo por un tiempo de recolección extendido con dos años calendarios, se ha dejado fijo el período de referencia para algunas variables, como es el caso de la producción, para el que se definió el año calendario 2013. Las demás variables tienen un corto periodo de referencia: el día de la entrevista, los últimos 30 días y los últimos 12 meses; estas variables son de naturaleza estructural, es decir que poco cambian en el corto plazo (diferencias en tiempo que no superan los dos meses). La mayor parte del operativo de campo se ejecutará durante el primer semestre de 2014 (99,48% del área rural y el 98,49% de los predios rurales a nivel nacional).
Es importante resaltar también que el esquema de este tercer censo agropecuario está de acuerdo con las buenas prácticas estadísticas recomendadas por la FAO y que en países como Argentina y Brasil, por ejemplo, se han ejecutado operativos de campo con períodos de referencia más amplios en el tiempo y con excelentes resultados.
Sobre el tema de las contrataciones de personal, es un cuidadoso proceso que empieza con la inscripción y reclutamiento de personal de la zona, el cual realiza el personal del mismo Dane con acompañamiento permanente de la Dirección General. Para ello se cuenta con el apoyo de las administraciones municipales, el Ministerio de Trabajo, los planteles educativos que tienen carreras técnicas y agropecuarias, los comités de cafeteros, directorios del DANE, entre muchos otros, con el fin de garantizar que el personal seleccionado sea del municipio.
Si bien las hojas de vida se reciben a través de correos institucionales del DANE, una primera selección del personal que cumple los requisitos establecidos, según los roles y condiciones de calidad que exige el censo, se hace a través del convenio con FONADE-FONTIC.
Los preseleccionados realizan un entrenamiento presencial de 5 ó 6 días, el cual está a cargo de personal técnico del DANE. Dentro de este entrenamiento, deben presentar pruebas de acuerdo con el rol para el que están aplicando.
La selección final la hace el DANE teniendo en cuenta los resultados de esas pruebas; se trata por lo tanto de una selección técnica y por meritocracia, y esto precisamente es lo que genera malestar entre algunos. Nada más transparente que este mecanismo sin lugar a duda.
Mauricio Perfetti del Corral.
Director, DANE