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El domingo 19 de diciembre de 2010 la columnista María Elvira Samper rectificó informaciones que había publicado sobre mí, y sobre mi gestión como director del Archivo General de la Nación (AGN), el anterior 12 de diciembre.
Rectificó cuatro informaciones, casi la totalidad de lo afirmado entonces, lo que denota la inexactitud e injusticia cometida contra mi buen nombre.
Luego, el editorial del día 16 de diciembre, quizás habiendo conocido la necesidad de rectificación, hizo alusiones negativas de mi gestión, si bien de manera cuidadosa evitó hacer sindicaciones puntuales, lo que ante la andanada de tergiversaciones mediáticas casi debo agradecerle.
Desde que llegué al AGN, nombrado luego de un proceso de selección cuyos antecedentes pueden consultarse en la Presidencia de la República y en el Ministerio de Cultura, fui sindicado por algunos medios y personajes de no ser historiador, si bien soy abogado y economista con múltiples especializaciones en el campo del derecho administrativo y con larga experiencia. Acaso, pregunto, ¿todo columnista debe ser periodista, o todo ministro de Cultura artista?
No he sido parte de la élite de la cultura, es cierto, y eso me deparó agrias inconformidades en grupos elitistas de la cultura que siguen creyendo que ésta se relaciona sólo con la historia, con pequeños grupos y no con aconteceres contemporáneos cambiantes.
No he sido condenado por falta o delito alguno, ni existe un solo caso de corrupción cometida o investigada sobre mí. Por el contrario, en días pasados la Contraloría General de la República me absolvió de otra falsa imputación, pero no soy historiador.
Yo no formo parte del AGN. Espero que la gestión adelantada del fortalecimiento del Sistema Nacional de Archivos, del papel del AGN en temas relacionados con Derechos Humanos, con el patrimonio documental de la Nación, o sobre los convenios por más de 11 mil millones de pesos, no de gasto sino de ingreso para el AGN como prestador de servicios de modernización de archivos, tengan plena movilidad en la gestión del historiador o el intelectual que llegue. Lamentablemente, nunca se me preguntó sobre ello.
Armando Entralgo Merchán, ex director AGN, Bogotá.
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