Diversas lecciones dejan los recientes triunfos de la selección de Colombia para el quehacer periodístico.
La grandilocuencia de muchos informadores deportivos y sus críticas permanentes, y en ocasiones destructivas cuando no se siguen sus opiniones, ha sido justamente reprochada en las redes sociales y contrasta con la mesura, el profesionalismo y la consistencia del seleccionador nacional, quien afortunadamente señala además que debemos estar preparados para dificultades en el camino y alejarnos del triunfalismo excesivo, ahora promovido también por muchos en el gremio de la opinión deportiva.
Similares paralelos se pueden hacer en diferentes debates de opinión nacional. Con frecuencia se abusa del sarcasmo o de titulares exagerados y llamativos para presentar análisis no suficientemente sustentados o que simplemente ignoran las dificultades y los logros alcanzados por nuestras instituciones. Los recurrentes sesgos del análisis o la forma de presentación de las noticias y opiniones, lejos de convertirse en válidas críticas constructivas, en ocasiones convierten las perspectivas personales, basadas en evidencias insuficientes, en potenciales hechos políticos que entorpecen la capacidad de generar resultados positivos para los colombianos.
Las anteriores reflexiones pueden aplicarse a temas tan diversos como la corrupción, las cifras de violencia, el debate cafetero o las perspectivas del proceso de paz. Ustedes los periodistas y líderes de opinión tienen no sólo la responsabilidad de llenar juiciosamente sus cuartillas y espacios con disciplina. También deben conocer, respetar y reflexionar sobre los argumentos de quienes no están de acuerdo con sus posiciones. La responsabilidad de ser constructivos y mesurados es sin duda la mayor contribución para que nuestras instituciones se fortalezcan para beneficio de los colombianos.
León Felipe Simancas. Pereira.
Vergüenza azul
Noemí Sanín Posada, miembro de la junta directiva del Club Millonarios, tuvo la demagoga idea de proponer en Madrid devolver dos de las 13 estrellas del equipo, por considerarlas untadas de narcotráfico. Los jugadores de la época protestaron, pues aducen que ganaron en la cancha. Esto es un embeleco, más que un arrepentimiento. Debería abrírseles un proceso penal a los dirigentes de la época y juzgarlos por cómplices del mecenas del equipo en los años ochenta, el extinto capo Gonzalo Rodríguez Gacha. Sanín: ¿volverá al ruedo político colombiano para la presidencia 2014? Millonarios con ese 8-0 ante el Real Madrid devolvió toda la mítica historia, con un antifútbol lento y mediocre.
Helena Manrique Romero.
Bogotá
Diversas lecciones dejan los recientes triunfos de la selección de Colombia para el quehacer periodístico.
La grandilocuencia de muchos informadores deportivos y sus críticas permanentes, y en ocasiones destructivas cuando no se siguen sus opiniones, ha sido justamente reprochada en las redes sociales y contrasta con la mesura, el profesionalismo y la consistencia del seleccionador nacional, quien afortunadamente señala además que debemos estar preparados para dificultades en el camino y alejarnos del triunfalismo excesivo, ahora promovido también por muchos en el gremio de la opinión deportiva.
Similares paralelos se pueden hacer en diferentes debates de opinión nacional. Con frecuencia se abusa del sarcasmo o de titulares exagerados y llamativos para presentar análisis no suficientemente sustentados o que simplemente ignoran las dificultades y los logros alcanzados por nuestras instituciones. Los recurrentes sesgos del análisis o la forma de presentación de las noticias y opiniones, lejos de convertirse en válidas críticas constructivas, en ocasiones convierten las perspectivas personales, basadas en evidencias insuficientes, en potenciales hechos políticos que entorpecen la capacidad de generar resultados positivos para los colombianos.
Las anteriores reflexiones pueden aplicarse a temas tan diversos como la corrupción, las cifras de violencia, el debate cafetero o las perspectivas del proceso de paz. Ustedes los periodistas y líderes de opinión tienen no sólo la responsabilidad de llenar juiciosamente sus cuartillas y espacios con disciplina. También deben conocer, respetar y reflexionar sobre los argumentos de quienes no están de acuerdo con sus posiciones. La responsabilidad de ser constructivos y mesurados es sin duda la mayor contribución para que nuestras instituciones se fortalezcan para beneficio de los colombianos.
León Felipe Simancas. Pereira.
Vergüenza azul
Noemí Sanín Posada, miembro de la junta directiva del Club Millonarios, tuvo la demagoga idea de proponer en Madrid devolver dos de las 13 estrellas del equipo, por considerarlas untadas de narcotráfico. Los jugadores de la época protestaron, pues aducen que ganaron en la cancha. Esto es un embeleco, más que un arrepentimiento. Debería abrírseles un proceso penal a los dirigentes de la época y juzgarlos por cómplices del mecenas del equipo en los años ochenta, el extinto capo Gonzalo Rodríguez Gacha. Sanín: ¿volverá al ruedo político colombiano para la presidencia 2014? Millonarios con ese 8-0 ante el Real Madrid devolvió toda la mítica historia, con un antifútbol lento y mediocre.
Helena Manrique Romero.
Bogotá