Las preguntas de una víctima del Palacio de Justicia a la Fiscalía, por libertad del sargento Bernardo Garzón
La hija del magistrado auxiliar Carlos Horacio Urán, víctima del holocausto del Palacio de Justicia, escribe esta carta abierta al ente acusador pidiendo, como durante los últimos 30 años, la verdad.
¿Quién está al servicio de quién?
El exfiscal Eduardo Montealegre me aseguró en una conversación que tuvimos en noviembre del año pasado, que la Fiscalía haría todo lo posible para aclarar lo que sucedió en el Palacio de Justicia y dar con los responsables de torturas, desapariciones y asesinatos extrajudiciales.
De esa breve conversación salimos mi hermana, Alexandra Sandoval, hija del también magistrado auxiliar Emiro Sandoval y yo creyendo que quizás la Fiscalía sí tenía ese propósito. Finalmente nos había dicho en la cara que él se iría de la Fiscalía dejando un equipo importante que se dedicaría al caso del Palacio de Justicia.
Aunque esa sea la obligación de la Fiscalía, no puedo saber ni quiero centrarme en si esa conversación fue producto de una momentánea intensión, o más bien de la necesidad de poder llegar sin retrasos a su próxima cita.
Sin embargo, sí quiero saber por qué la Fiscalía en más de 30 años no nos da respuestas contundentes a los que hemos padecido directamente este macabro y vergonzoso episodio de la historia colombiana.
Es una vergüenza para el país lo que pasó ese noviembre de 1985; es bochornoso que la Fiscalía no haya avanzado y es una humillación que los hijos (pequeños) de quienes perdieron sus vidas entonces, que somos todos ya adultos, tengamos que leer en un periódico una y otra vez que tal o cual coronel, sargento o parecido queda libre por prescripción de términos y una multa de dos salarios mínimos.
No es que espere que asesinos como estos militares que han abusado del poder que el mismo pueblo colombiano les confirió cumplan condenas en las cárceles. Eso no cambiaría para nosotros nada y los pervertiría aún más. Espero simplemente recuperar un poco de la dignidad que nos han arrebatado conociendo la verdad completa y teniendo de nuestro lado a las instituciones del Estado y no contra nosotros.
Yo quiero que la Fiscalía me responda si lo ocurrido con el sargento Bernardo Garzón se debe al desorden e inoperancia típico de las instituciones colombianas o tenía un propósito claro.
Y no puedo evitar preguntarme: ¿al servicio de quién y para quien está la Fiscalía?
La hija del magistrado auxiliar Carlos Horacio Urán, víctima del holocausto del Palacio de Justicia, escribe esta carta abierta al ente acusador pidiendo, como durante los últimos 30 años, la verdad.
¿Quién está al servicio de quién?
El exfiscal Eduardo Montealegre me aseguró en una conversación que tuvimos en noviembre del año pasado, que la Fiscalía haría todo lo posible para aclarar lo que sucedió en el Palacio de Justicia y dar con los responsables de torturas, desapariciones y asesinatos extrajudiciales.
De esa breve conversación salimos mi hermana, Alexandra Sandoval, hija del también magistrado auxiliar Emiro Sandoval y yo creyendo que quizás la Fiscalía sí tenía ese propósito. Finalmente nos había dicho en la cara que él se iría de la Fiscalía dejando un equipo importante que se dedicaría al caso del Palacio de Justicia.
Aunque esa sea la obligación de la Fiscalía, no puedo saber ni quiero centrarme en si esa conversación fue producto de una momentánea intensión, o más bien de la necesidad de poder llegar sin retrasos a su próxima cita.
Sin embargo, sí quiero saber por qué la Fiscalía en más de 30 años no nos da respuestas contundentes a los que hemos padecido directamente este macabro y vergonzoso episodio de la historia colombiana.
Es una vergüenza para el país lo que pasó ese noviembre de 1985; es bochornoso que la Fiscalía no haya avanzado y es una humillación que los hijos (pequeños) de quienes perdieron sus vidas entonces, que somos todos ya adultos, tengamos que leer en un periódico una y otra vez que tal o cual coronel, sargento o parecido queda libre por prescripción de términos y una multa de dos salarios mínimos.
No es que espere que asesinos como estos militares que han abusado del poder que el mismo pueblo colombiano les confirió cumplan condenas en las cárceles. Eso no cambiaría para nosotros nada y los pervertiría aún más. Espero simplemente recuperar un poco de la dignidad que nos han arrebatado conociendo la verdad completa y teniendo de nuestro lado a las instituciones del Estado y no contra nosotros.
Yo quiero que la Fiscalía me responda si lo ocurrido con el sargento Bernardo Garzón se debe al desorden e inoperancia típico de las instituciones colombianas o tenía un propósito claro.
Y no puedo evitar preguntarme: ¿al servicio de quién y para quien está la Fiscalía?