Mala leche contra Bogotá

Desde hace años, la prensa nacional, la radio, la televisión y todos los medios de comunicación vienen haciendo una campaña en contra de Bogotá.

Cualquier hecho malo que pase en esta ciudad es resaltado en titulares y amplios reportajes, mientras que las noticias buenas y los logros en educación y salud se minimizan. Si dichos logros se hubieran dado en Medellín, nos tendrían una semana o quizás dos meses con ese sirirí.

Considero injusto el trato dado por ustedes, los medios, a Bogotá, donde hay menos muertos por habitante que en Cali y en Medellín, pero cada semana resaltan sólo los 4 muertos de aquí y no los 15 ó 20 en las otras ciudades. El tema de los camioneros fue más violento en Boyacá, Nariño y Antioquia, pero ustedes sólo resaltaron lo de nuestra querida Bogotá. El daño hecho a Colombia por los antioqueños Fabio Valencia y Bernardo Moreno no les llamó la atención, por ejemplo.

Por último, cuando hay buenas cifras de seguridad llaman a felicitar a la Policía Nacional, pero cuando se presentan muertos llaman a condenar y criticar a la administración distrital.

Por favor, basta ya de tanta mala leche contra Bogotá.

Obed Pérez Dau. Bogotá.

Calle 100

Todos los habitantes de Bogotá nos hemos sorprendido con el buen desarrollo de las obras concernientes al puente de la Calle 100. Desafortunadamente, no todo es color de rosa: resulta que este proyecto se le presentó a la comunidad como un desarrollo integral, no sólo para la movilidad, sino para el embellecimiento y, por ende, para el buen desarrollo y saneamiento del sector. El jueves pasado, sin embargo, en reunión con los contratistas y con algunos representantes del IDU, nos dieron la no grata noticia de que ellos sólo van a intervenir el espacio público en lo que tiene que ver con la rotonda. Es decir, nos están haciendo conejo en una obra pagada de nuestro propio bolsillo. Necesitamos, en consecuencia, una respuesta clara por parte del señor director del IDU, y de la administración distrital, pues esto es poco más que una burla, es un irrespeto y un asalto a la comunidad.

Liliam Otálora. Bogotá.

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