Con el debido respeto y profundo reconocimiento, queremos expresar una opinión haciendo uso de nuestra libertad de palabra y no coartación a la misma.
1. Consideramos que el aislamiento preventivo obligatorio ha sido aplicado en tal forma, que los resultados no han sido favorables --en especial, para la economía-- pues al imponerlo un poco tarde y con una rigurosidad alarmante produce un detenimiento total del sistema productivo en detrimento de Colombia.
2. La pedagogía para el cumplimiento de las normas que disminuyen el riesgo debió ser, y debe ser aún, más clara y exigente; pero se ha instaurado un patrón de conducta gubernamental semejante al utilizado para negociar con los diferentes entes educativos y económicos de nuestro país, otorgando ayudas, subsidios, etc., lo cual creemos que no está dando el resultado positivo esperado para el bienestar y crecimiento colombianos.
Si no se entiende o no se acata, deben existir medios coercitivos para obtener un acatamiento corresponsal con el riesgo del contagio.
3. Rechazamos en forma tajante el aislamiento menoscabante del adulto mayor, ya que médicamente sabemos que la supuesta fragilidad para el contagio, y para la cual los pobres y muy queridos viejitos son amparados por el Gobierno, también son más sensibles y por tanto susceptibles emocionalmente, proclives a depresión, confusión, delirio, desorientación y, por qué no, a presentar un cuadro de demencia, subsecuente al aislamiento, al abandono, a la soledad, a la desnutrición, a la pérdida de libertad... Todo esto puede acontecer aún estando rodeados de amor. Así mismo, 90 minutos semanales no son suficientes para impedir que ocurra algo de lo arriba expuesto.
Un poco de inteligente y respetuoso trato, tal vez sea de mayor utilidad.
Pedro Pablo Latorre Atuesta, médico psicoterapeuta
Mauricio Latorre Cucalón, médico oftalmólogo
Con el debido respeto y profundo reconocimiento, queremos expresar una opinión haciendo uso de nuestra libertad de palabra y no coartación a la misma.
1. Consideramos que el aislamiento preventivo obligatorio ha sido aplicado en tal forma, que los resultados no han sido favorables --en especial, para la economía-- pues al imponerlo un poco tarde y con una rigurosidad alarmante produce un detenimiento total del sistema productivo en detrimento de Colombia.
2. La pedagogía para el cumplimiento de las normas que disminuyen el riesgo debió ser, y debe ser aún, más clara y exigente; pero se ha instaurado un patrón de conducta gubernamental semejante al utilizado para negociar con los diferentes entes educativos y económicos de nuestro país, otorgando ayudas, subsidios, etc., lo cual creemos que no está dando el resultado positivo esperado para el bienestar y crecimiento colombianos.
Si no se entiende o no se acata, deben existir medios coercitivos para obtener un acatamiento corresponsal con el riesgo del contagio.
3. Rechazamos en forma tajante el aislamiento menoscabante del adulto mayor, ya que médicamente sabemos que la supuesta fragilidad para el contagio, y para la cual los pobres y muy queridos viejitos son amparados por el Gobierno, también son más sensibles y por tanto susceptibles emocionalmente, proclives a depresión, confusión, delirio, desorientación y, por qué no, a presentar un cuadro de demencia, subsecuente al aislamiento, al abandono, a la soledad, a la desnutrición, a la pérdida de libertad... Todo esto puede acontecer aún estando rodeados de amor. Así mismo, 90 minutos semanales no son suficientes para impedir que ocurra algo de lo arriba expuesto.
Un poco de inteligente y respetuoso trato, tal vez sea de mayor utilidad.
Pedro Pablo Latorre Atuesta, médico psicoterapeuta
Mauricio Latorre Cucalón, médico oftalmólogo