Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.

Mi homenaje a las víctimas

Cartas de los lectores

29 de septiembre de 2025 - 12:00 a. m.

Después de todos estos años de arduo trabajo y dedicación, la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) por fin dio el paso esperado al condenar a exjefes de las FARC por crímenes de lesa humanidad y, por supuesto, sus decisiones dejaron a un amplio sector de la sociedad, en particular al conformado por las víctimas y sus familias, con un sabor amargo, de injusticia y desproporcionalidad. Es casi imposible exigirles a ellos que entiendan que así se estipuló en los Acuerdos de La Habana y que, por tanto, debían comprenderlo y aceptarlo. ¿Quién tiene la absoluta capacidad de entender el dolor físico, moral y emocional de las víctimas? Es cuando se está frente a un paciente con una enfermedad grave, dolorosa y larga, cómo entender su sufrimiento, por más que haya explicaciones médicas razonables. Solo cada enfermo sabe la dimensión de su dolor, lo que siente y lo que piensa.

PUBLICIDAD

Entonces a los colombianos nos corresponde demostrarles para siempre el más absoluto respeto por sus opiniones, sus cuestionamientos, las recriminaciones y demás sentimientos adversos porque solo ellos: las víctimas y sus familias, sus pueblos y veredas, los barrios marginales y demás situaciones límite, conocen el horror de esa realidad vivida y que no se borrará por el resto de sus vidas, un dolor que tocará a las siguientes generaciones. Es probable que, con el paso del tiempo, disminuya el dolor, pero las cicatrices jamás se borrarán. Y salvo que ellos quieran verbalizar, no los atormentemos con preguntas y más preguntas que solo alimentan el morbo.

Nos gustaría ver un homenaje permanente que se plasme en una pintura o escultura para que los colombianos de hoy y de las generaciones futuras podamos recordar que esas víctimas y sus familias han contribuido como nadie –así hoy no pueda valorarse– para lograr la tan anhelada y esperada paz, por más que cierta dirigencia del país volviera añicos cualquier intento. Que no se olviden de esto quienes, después de la firma de los Acuerdos de 2016, no jalonaron lo suficiente para avanzar, porque el camino que había de recorrerse era largo y tortuoso como lo hemos visto. No dejaremos de repetir que, al margen de la opinión que podamos manifestar sobre la JEP, lo primero son las víctimas para tomar determinaciones que no hieran más. Nuestra gratitud eterna para los que se fueron como víctimas y para quienes quedaron como una proyección de ese inmenso y profundo sufrimiento. El Estado tiene la obligación de no olvidarlos jamás.

Read more!

Ana María Córdoba Barahona, San Juan de Pasto

Envíe sus cartas a lector@elespectador.com

Conoce más

Temas recomendados:

Ver todas las noticias
Read more!
Read more!
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.