Recordar es vivir, dice Yohir Akerman en su columna del 07 de febrero. En ella repite lo que ya había dicho en otra del 26 de enero del año pasado: que yo “habría estado involucrado en una operación de inteligencia y propaganda negra para crear un colectivo falso de abogados que tenía la misión de infiltrar y suplantar a organizaciones defensoras de derechos humanos”.
La afirmación es falsa de la a a la z. Nunca he estado involucrado en ninguna operación de inteligencia ni de propagada de negra, ni con el DAS ni con ninguna agencia de inteligencia del Estado o de la Fuerza Pública ni con nadie, ni con el propósito de un “crear colectivo falso de abogados”, ni con “el infiltrar y suplantar” oeneges defensoras de derechos humanos, ni con ningún otro propósito o finalidad.
Según Akerman, la acusación la hace con base en un papel, identificado como el folio 179, de un cuaderno que supuestamente se habría encontrado en los archivos del DAS. Esta vez, a diferencia de la columna del 2020, al menos ha colgado copia del papel.
En el mismo se habla de “crear una organización no gubernamental que defienda los intereses del Estado frente a las amenazas que representa la manipulación de la Corte Interamericana de Derechos Humanos [y] la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, por parte de organizaciones de fachada de grupos armados al margen de la ley” . La organización se llamaría Colectivo de Abogados Simón Bolívar y yo haría parte del “núcleo de apoyo directo”.
Debo advertir:
1. Que nadie, ni del DAS ni de ninguna parte, me habló nunca de crear una oenege con este propósito o una cualquiera que se llamara Colectivo de Abogados Simón Bolívar;
2. Que nunca he hecho parte del “núcleo de apoyo directo” de ninguna organización, sea lo que fuere que eso signifique.
3. Que en todo caso lo que muestra el papel citado es que el propósito de la organización de la que se habla no sería el de “infiltrar y suplantar organizaciones defensoras de derechos humanos”, de hacer “operaciones de inteligencia” o de hacer “propagada negra”, como sostiene Akerman, sino de “defender los intereses del Estado”;
4. Que, además, en el papel no se habla de “organizaciones defensoras de derechos humanos” sino, cosa muy distinta, de amenazas de manipulación por parte de “organizaciones de fachada de grupos armados al margen de la ley”;
Así, basta con comparar el papel en el que se basa Akerman con sus afirmaciones sobre mí para constatar que no solo le tuerce el sentido para hacerlo decir lo que no dice sino que lo manipula para usarlo de pretexto para acusarme de conductas que no son ciertas.
Además, si Akerman fuera serio, habría verificado que la Fiscalía hizo una reunión entre el Colectivo José Alvear Restrepo, que estaba interesado en el asunto, y yo, y que en esa reunión quedó perfectamente establecido que nada he tenido que ver con la supuesta organización que se crearía para defender al Estado.
Si Akerman fuera serio también sabría que en esa reunión pedí a la Fiscalía que hiciera la sencilla tarea de verificar si existía en Colombia, en Costa Rica o en los Estados Unidos, una organización no gubernamental con el nombre de la citada o cualquier otra con ese propósito o uno similar de la que yo hiciera parte. Como Akerman, si fuera serio, hubiera podido constatar, no existen ni el Colectivo de Abogados Simón Bolívar ni ninguna otra organización que con otro nombre tenga el propósito del que habla el papel citado. Y, por supuesto, no hay forma de que yo haga parte de manera alguna de esa organización inexistente.
En fin, está visto que Akerman no es serio y, en cambio, calumnia. Lo invito al rectificar.
Rafael Nieto Loaiza.