Leí con mucho agrado el artículo de opinión publicado por ustedes, escrito por Piedad Bonnett:
“La sociedad de los poetas muertos”, especialmente porque este ha sido uno de los temas de mi interés como maestra de niños en un país donde explorar “maneras de acercarnos al mundo por los caminos del pensamiento simbólico haciéndonos sentir y ver realidades que otros lenguajes no permiten” podría ofrecer alternativas para interpretar el mundo próximo, las realidades complejas y una época exigente, acelerada y cambiante, a unos niños que afrontan los retos del siglo XXI en una patria cargada de referentes de agresión, violencia, conflicto y, por ende, llena de miedos. Creo que en la poesía hay caminos insondables de transformación interna y que su disfrute es un germen presente en cada individuo humano. Hay que leerles regularmente poesía a los niños —en un ambiente propicio para sentirla e imaginarla— para darse cuenta de esto.
Martha Ramírez. Bogotá.
Dictadorzuelo
Bogotá se merece lo que tiene. Hace varios años les dieron preponderancia a candidatos de la izquierda y ahí están los resultados: el caos total en todos los frentes. Ahora están enfrentados a un alcalde seguidor a pie juntillas del dictador de Venezuela y lentamente le está aplicando a Bogotá las mismas políticas del socialismo del siglo XXI (léase comunismo) de su país. Está preparando el terreno para una futura candidatura presidencial, gracias a sus decisiones en pro del “proletariado”. En unos pocos días verán el resultado del manejo de las basuras, que causará un enorme caos en la época navideña.
Roberto Idárraga. Bogotá.
Envíe sus cartas a lector@elespectador.com
Leí con mucho agrado el artículo de opinión publicado por ustedes, escrito por Piedad Bonnett:
“La sociedad de los poetas muertos”, especialmente porque este ha sido uno de los temas de mi interés como maestra de niños en un país donde explorar “maneras de acercarnos al mundo por los caminos del pensamiento simbólico haciéndonos sentir y ver realidades que otros lenguajes no permiten” podría ofrecer alternativas para interpretar el mundo próximo, las realidades complejas y una época exigente, acelerada y cambiante, a unos niños que afrontan los retos del siglo XXI en una patria cargada de referentes de agresión, violencia, conflicto y, por ende, llena de miedos. Creo que en la poesía hay caminos insondables de transformación interna y que su disfrute es un germen presente en cada individuo humano. Hay que leerles regularmente poesía a los niños —en un ambiente propicio para sentirla e imaginarla— para darse cuenta de esto.
Martha Ramírez. Bogotá.
Dictadorzuelo
Bogotá se merece lo que tiene. Hace varios años les dieron preponderancia a candidatos de la izquierda y ahí están los resultados: el caos total en todos los frentes. Ahora están enfrentados a un alcalde seguidor a pie juntillas del dictador de Venezuela y lentamente le está aplicando a Bogotá las mismas políticas del socialismo del siglo XXI (léase comunismo) de su país. Está preparando el terreno para una futura candidatura presidencial, gracias a sus decisiones en pro del “proletariado”. En unos pocos días verán el resultado del manejo de las basuras, que causará un enorme caos en la época navideña.
Roberto Idárraga. Bogotá.
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