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De la autoría de la distinguida periodista Cecilia Orozco Tascón, El Espectador del domingo pasado publicó un reportaje al abogado Alfredo Beltrán Sierra y en el se relacionan algunas respuestas sobre la queja disciplinaria elevada ante el señor Procurador General de la Nación en contra del alcalde de Medellín, licenciado Alonso Salazar Jaramillo. Sobre esos puntos deseo hacer unas precisiones, con mi acostumbrado respeto:
En primer lugar, la acción disciplinaria es autónoma y por lo tanto independiente de la acción electoral. Tanto es así que alcaldes como los de Jamundí, Pradera y Yumbo fueron recientemente destituidos e inhabilitados con fundamento en la violación del régimen legal de inhabilidades e incompatibilidades en que estaban incursos al momento de inscribir sus candidaturas. Es al parecer el mismo caso del señor alcalde de Medellín, que ahora se alega ante el señor Procurador General.
En segundo término y dada la connotación político electoral que se le quiere dar a la queja en contra del licenciado Salazar, deseo informar que el único autor de la queja es el suscrito y que no ejerzo jefatura política ninguna, ni obro por encargo de nadie. El tema es exclusivamente jurídico y de ahí no me aparto. Lo que me interesa es salir en defensa del imperio de la Constitución y de las leyes y de la sana costumbre de obedecerlas.
Le sugiero con todo respeto que sobre este tema de la queja que he propuesto se consultara a verdaderas autoridades en derecho administrativo como el abogado y profesor Clímaco Giraldo Gómez y no a expertos en derecho comercial y derecho internacional humanitario como se me asegura es el caso del distinguido abogado Beltrán Sierra.
Francisco Javier Galvis. Bogotá.
¿Polémica?
Héctor Abad se refiere a una presunta polémica entre William Ospina y Alejandro Gaviria (enero 9). La presunción se debe a que resulta un imposible que entre un poeta y un economista pueda existir polémica alguna, entendida como una posición racional orientada a impugnar o refutar otra posición. Un poeta que basa su discurso en creencias, no puede polemizar con un economista que razona con base en datos y observaciones. Es decir, no puede haber relación entre el discurso de alguien que, como Ospina, saca a la palestra el irrespeto a la Pacha Mama (naturaleza) y otro que, como Gaviria, expone las dificultades geográficas y la urbanización desordenada del territorio, ambos buscando explicar el desastre natural crónico que producen las lluvias en Colombia.
Bernardo Congote. Bogotá.
