Queja sobre un crucigrama
Como cada domingo (o sábado en la tarde desde que unificaron las ediciones) disfruto los retos mentales que implican la sección de “Juegos de ingenio”, especialmente los dos crucigramas que no solo muestran efemérides de la semana en cuestión, nos invitan a recordar clases de química e historia, a buscar dobles sentidos o recordar series o películas antiguas.
Sin embargo, en la más reciente edición del 4 y 5 de octubre hay dos pistas cuya respuesta tienen un tufillo homofóbico y racista inadmisible. En la décima fila-sexta columna: cuatro letras para “manes no tan manes” y en la séptima fila-séptima columna: ocho letras para “mano de negros”, tenía una idea de las respuestas, que confirmé con las letras de otros cuadros y la letra “ge” que, coincidencialmente iría con ambas.
Desconozco las motivaciones del señor Rivas para incluir semejantes expresiones o se le escapó su anacronismo. Sin embargo, una publicación como el Espectador que en numerosos artículos ha defendido la igualdad de género, la lucha de la comunidad LGBTI, ha hecho visible abusos y constante abandono estatal de comunidades étnicas alrededor del país, no puede permitirse tener tan deleznables epítetos en contra de personas homosexuales y afrodescendientes.
Juan Sebastián Jaramillo Rincón
Felicidades, Karol G
Karol G volvió a hacer historia al convertirse en la primera artista colombiana en presentarse en el icónico desfile de Victoria’s Secret, consolidando su lugar como símbolo global de empoderamiento latino. Su aparición no solo representó un logro personal, sino también un hito para la música urbana hecha por mujeres. La paisa ha derribado barreras en una industria que durante años marginó las voces femeninas del reguetón y ha llevado el acento colombiano a los escenarios más importantes del mundo, desde los Grammy hasta festivales como Lollapalooza. Con Mañana será bonito, Karol G demostró que se puede conquistar el mercado global sin renunciar al idioma ni a las raíces. Su presencia en el desfile —donde la sensualidad se mezcla con el poder y la autoconfianza— encarna una nueva narrativa: la de las mujeres latinas que transforman los estereotipos y ocupan el centro de la escena con autenticidad y orgullo.
Yuli Tangarife, Mogotes, Santander
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