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Una foto equivocada

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22 de febrero de 2011 - 03:00 a. m.
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En la edición del 21 de febrero, en la página 4 que reza el título “Los ecos de Wikileaks”, me llamó la atención que redactor resolvió ilustrar la nota con una foto, donde dice al pie: “El gobernador de Antioquia, Luis Alfredo Ramos (izq), celebra la reelección del presidente Álvaro Uribe". Error.

Ocurre que esa foto fue tomada por el mismo fotógrafo, Gabriel Aponte, en un evento institucional en Cartagena durante la última campaña electoral por la disputa de la Presidencia de la República y el que se asoma muy sonriente es el candidato de la U, Juan Manuel Santos, hoy presidente. Atrás aparece el candidato de Cambio Radical, Germán Vargas Lleras, hoy ministro estrella del gobierno de la Unidad Nacional. Y sí, el gobernador de Antioquia saluda al entonces presidente Uribe, pero no por su reelección, aunque seguro debió en su momento felicitarlo.

Marcelo Del Castillo. Bogotá.

El silencio de las maleantes

Viviana Quintero se refiere al silenciamiento del que se beneficiarían las mujeres maleantes colombianas (El Espectador, 2011-02-21). Siendo válido destacar que viniendo la crítica de una dama, el valor de su columna es doble. Si bien la columnista se reduce a señalar cómo es de difícil hallar referencias a las más sonadas de nuestras delincuentes criollas, convendría añadir que la vida civil colombiana no registra algún tipo de "salto cualitativo" luego de ya casi 55 años en que la mujer ha ejercido su derecho al voto, eligiendo y siendo elegida. Podría afirmarse, al contrario, que ese lapso coincide con el fortalecimiento de varias modalidades de violencia política, desde la insurgente hasta la paramilitar y criminal, en cada una de ellas teniendo activa participación el género femenino, sin mencionar la multiplicación de las violencias sociales (intrafamiliar, institucional, infantil, etc.), en cada una de ellas compitiendo codo a codo con los varones. Asunto acerca del cual conviene tomar debida cuenta analítica. Tomando literalmente la crítica de Quintero en relación con su irónica referencia al “... siempre ‘sensible’ y ‘bueno’ género femenino...”, temprano que tarde convendrá zafándonos de tal estereotipo comenzando, como lo hace ella con valor civil, desde las propias mujeres.

Bernardo Congote. Bogotá.

 

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