Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.

“American dream” o “folkhemmet”

Columna del lector

01 de octubre de 2018 - 12:00 a. m.

Por Germán Eduardo Vargas

PUBLICIDAD

A pesar de su glorioso pasado, el sueño americano naufragó. Entonces, ¿qué modelo de desarrollo debería avizorar la Tierra de Colón?

Necesitamos orientarnos, reconociendo las diferencias entre el norte magnético (el bienestar) y el geográfico (la potencia de turno); esa brecha se denomina “declinación”, y determina las variaciones en la creencia de si el “Estado” de bienestar debe ser igual para todos. Entonces emprendamos un viaje por el ecuador de los polos capitalista y socialista, en dirección nórdica, para explorar el sozialstaat.

En Suecia, p.ej., descubrimos una visión hogareña del Estado (folkhemmet). Aunque no viven una utopía —especialmente desde que alteraron su destino, probando la panacea neoliberal—, conciliaron el progreso y la sostenibilidad; también la calidad de vida y equidad (OECD Better Life Index, 2018), considerando que los ingresos disponibles* de los más ricos (descontando las tasas efectivas de tributación) cuadruplican los de los pobres.

Este indicador* es crucial en nuestro país, pues ocupamos el peor decil en equidad, empleo y jornada laboral de la OECD; además, podría ser el eje de sus reformas estructurales, Presidente Duque, porque los ricos no necesitan “sisben” ni los “combos” Carrasquilla mermelada agrandada.

Recortar los impuestos sobre los ingresos, la propiedad y la riqueza, refuerza la concentración y no necesariamente atrae reinversión, ante la posibilidad de exportar capital y deslocalizar la producción. Sin condiciones de pleno empleo, la sociedad paga el costo de oportunidad de la informalidad y el chantaje de la depresión de los beneficios y las garantías laborales —como estrategia obtener ventajas competitivas—.

Esa baja capacidad adquisitiva (Is aggregate demand wage-led or profit-led? ILO, 2012) se compensa con la riesgosa deuda “gota a gota” (“schuld”, no confundir con Bonos Carrasquilla); y dado que la economía colombiana compite contra las importaciones legales y el contrabando, ¿por qué IVAn no reduce los impuestos al consumo y elimina el uso de efectivo?

Read more!

Continuamos enredados con el mínimo, porque el expresidente Uribe propuso un aumento “extraordinario” del legal, que ni siquiera equivaldría al vital. Tampoco resuelve la precariedad laboral de nuestra población económicamente activa: 67 % devenga máximo un mínimo (Encuesta de Hogares, DANE); menos del 33 % tiene contrato formal y 5 % está sindicado (Censo Sindical. MinTrabajo, 2018).

Colmo de males, arguyendo justicia social, los sindicatos incurren en abUSO al exigir mejoras para los privilegios de esa minoría que representan; por ejemplo, en promedio per cápita, el costo laboral en Ecopetrol —incluyendo beneficios extralegales— multiplica por 17 el vinculado al mínimo (Informe de Gestión y Sostenibilidad. 2018).

Mientras las estructuras empresariales se reducían y aplanaban, las jerarquías de salarios adoptaban una curva exponencial; por eso deberían legislar una compensación máxima (incluyendo bonificaciones y beneficios), y/o que la razón entre los ingresos disponibles de los más ricos versus el mínimo sea cuatro (como en el caso sueco*).

No ad for you

Aunque parezcan medidas radicales, así regulan la usura; además, este gobierno reveló que 0,04 % de los trabajadores ganan “mínimo” $95.000.000 mensuales: 129 veces el mínimo legal.

Read more!

* Catedrático (german.vargas@uniandes.edu.co)

También le puede interesar: "Invadir a Venezuela: ¿Debe Colombia apoyar una intervención militar?"

Conoce más

Temas recomendados:

Ver todas las noticias
Read more!
Read more!
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.