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La Selección Colombia y el espejismo de la estabilidad

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Sebastián Torres Luna
22 de diciembre de 2025 - 05:00 a. m.
"Este 2025 nos deja una selección que emociona, pero que también exige ser observada sin el romanticismo de siempre": Sebastián Torres Luna
"Este 2025 nos deja una selección que emociona, pero que también exige ser observada sin el romanticismo de siempre": Sebastián Torres Luna
Foto: EFE - Ricardo Maldonado Rozo
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Nuestra querida Selección Colombia cierra este 2025 con una mezcla de alivio, expectativa y cierto entusiasmo que, aunque merecido por los resultados recientes, corre el riesgo de convertirse en un espejismo colectivo. El equipo dirigido por Néstor Lorenzo ha demostrado que puede ganar, que puede gustar y que puede recuperar esa identidad que se perdió años atrás. Pero también ha dejado claro que la estabilidad que muchos dan por sentada es más frágil de lo que parece cuando se la mira con pinzas.

El problema es que nuestro país suele enamorarse rápido. Un marcador amplio como el del partido de preparación pasado ante Australia, una jugada vistosa de nuestro crack Luis Díaz, un partido emotivo… y de inmediato el país se convence de que ya todo está resuelto. Pero el fútbol no funciona así, y menos en una selección que, en mi opinión, todavía lucha por consolidar de verdad un funcionamiento colectivo. Los triunfos recientes, aunque muy valiosos, no deben distraernos del hecho de que aún hay grietas que no se han cerrado del todo y decisiones que se han ido aplazando.

El mayor riesgo de la Tricolor hoy por hoy es la complacencia. Colombia tiene talento de sobra, pero sigue dependiendo de genialidades individuales para resolver partidos que, desde lo táctico, se complican más de lo necesario. En momentos de presión, las líneas se parten, el mediocampo pierde claridad y el equipo no juega a nada; se vuelve vulnerable ante rivales que, sobre el papel, no son superiores y saben incomodarnos. La ilusión que generan jugadores como Luis Díaz, James Rodríguez o los jóvenes emergentes que piden paso es innegable; sin embargo, la dependencia de figuras como estas revela una falta de estructura colectiva que no puede subestimarse.

Tampoco podemos ignorar el papel de la dirigencia. El fútbol colombiano vive en permanente contradicción: exige profesionalismo, pero tolera la improvisación administrativa; pide renovación, pero apuesta demasiado tarde por ella; quiere resultados, pero rara vez se compromete con un proyecto a largo plazo. Cada proceso de selección termina condicionado por presiones externas e intereses cruzados. Si la Federación no asume el momento actual como una oportunidad para ordenar la casa, ningún avance será sostenible.

Nuestra afición también tiene su cuota de responsabilidad. Colombia tiene una hinchada demasiado apasionada, pero muchas veces guiada por la emoción, hasta el punto de hacerle daño al proceso. Exigimos como si fuéramos una potencia mundial y celebramos como si cada victoria fuera un título, pero la verdadera madurez futbolística se construye entendiendo que los ciclos exitosos requieren tiempo, que la disciplina táctica vale tanto como la magia individual y que un mal partido no invalida un proyecto, así como una goleada no lo consagra.

Este 2025 nos deja una selección que emociona, pero que también exige ser observada sin el romanticismo de siempre. Si Colombia quiere dar el salto definitivo de “promesa emergente” a “protagonista real”, deberá corregir con valentía lo que hoy se disimula tras el entusiasmo de las victorias. El reto no es solo ganar, sino demostrar que el buen fútbol no es un accidente, sino una consecuencia de un trabajo disciplinado.

Colombia tiene la oportunidad y la obligación de no repetir ese error. Es momento de exigir más, de planificar mejor y de reconocer que el verdadero reto no es lo que ya se ganó, sino lo que falta por construir. Si este país tan futbolero quiere vivir un 2026 memorable, deberá empezar por entender que la crítica no destruye: despierta. Y la selección, hoy más que nunca, necesita estar despierta.

Por Sebastián Torres Luna

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