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Crianza y transformación social en Colombia

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Diana Carolina Gómez Restrepo
09 de octubre de 2023 - 02:00 a. m.
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“La crianza del ser humano constituye la primera historia de amor; en ella se edifica en buena parte la identidad del niño, se construye el ser social y se establece la conciencia de la corporalidad”, describía la pediatra Carmen Escallón Góngora en el año 2000. La crianza, ese proceso en el que padres o cuidadores nutren, cuidan, instruyen, educan, forman y socializan a un niño, es fundamental para su supervivencia y la de su cultura.

Investigaciones sobre el neurodesarrollo, estudios que hablan sobre los primeros 1.000 días de vida y teorías como la del apego demuestran la importancia de las primeras experiencias en la vida de cualquier niño y cómo estas moldean su cerebro y establecen las bases para su relación consigo mismo, los otros y su entorno. Por eso, el tipo de crianza y las experiencias acumuladas en este proceso están relacionados directamente con muchos de los problemas de la salud mental del adulto, de sus conflictos afectivos y emocionales, con sus dificultades para decidir, progresar o exigir sus derechos.

Reflexionar sobre las prácticas de crianza que emplean los colombianos es fundamental en el camino de la transformación social, porque la crianza que cada uno de nosotros recibió edificó en gran medida el tipo de ciudadano que somos. En este sentido, muchos de las problemáticas sociales actuales están influenciadas por la crianza que recibimos, muchas prácticas culturales y sociales han perdurado en el tiempo por la idiosincrasia en medio de la que han ido creciendo los niños colombianos. ¿Cuáles problemáticas? La violencia, la corrupción, la intolerancia, la baja educación, el escaso reconocimiento de las normas y la doble moral, solo por nombrar algunas.

A principio de este año, Aldeas Infantiles SOS presentó un estudio que describe que “cada hora aproximadamente cinco niños son agredidos y maltratados físicamente como método de castigo”. En un país con un conflicto interno de décadas, donde muchos de sus habitantes son violentos e intolerantes, se naturaliza la violencia desde la crianza como método para solucionar conflictos, dificultades o frustraciones.

La crianza tiene un efecto directo en el tipo de ciudadanos que somos. ¿Por qué es tan importante decirlo? Porque, a pesar de que parece obvio, no lo es, incluso es difícil tenerlo en cuenta. Los colombianos están tan heridos por su crianza (además por el conflicto armado), que parece que no tienen los recursos para criar de otra forma, que a pesar del dolor que les causaron las humillaciones, los malos tratos o los abusos en su infancia, hoy hacen lo mismo con sus hijos. Colombia es una sociedad de niños heridos y violentos, que no interiorizaron normas, a los que les cuesta la empatía, con baja autoestima y dificultad para establecer límites, a los que poco les hablaron de sus emociones y sus derechos, que aprendieron muchas cosas por la fuerza y sin comprender la profundidad ni el sentido de las normas o de sus propias decisiones.

Indudablemente, muchos factores influyen en los padres y cuidadores, como las heridas de su crianza, el estrés laboral, la falta de oportunidades, la falta de apoyo, los embarazos no deseados, la pobreza, las dinámicas sociales y los contextos. La lista es larga, pero es necesario detenernos por un momento y pensar sobre el tipo de historia que estamos construyendo para nuestros hijos, desaprender, aprender nuevas prácticas y sanar… Ojalá que esa primera historia de cualquier niño colombiano sea de amor, cuidado y respeto. Seguramente nuestra sociedad sería diferente.

Por Diana Carolina Gómez Restrepo

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Maria(bdiql)22 de octubre de 2023 - 02:04 p. m.
Está dura realidad debe ser recordada permanentemente como causa de atraso, pobreza y demás lastres que trae esta condición, para cambiarla y despegar, magnífica columna
Hernando(58851)09 de octubre de 2023 - 06:20 p. m.
Qué maravilla de artículo, esto sí es construír. La iglesia católica que tiene tanta influencia en la educación, es el mayor baluarte para hacer realidad una verdadera educación y formación de los futuros ciudadanos y para lograr los mejores resultados, hay que tener presente que el proceso educativo se debe iniciar, incluso antes de encargar la criatura.
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