Por Tatiana Moreno
Colombia se ha convertido en un cubo de Rubik y este 27 de mayo será la jugada final, la que definirá si el cubo está armado y puesto con las fichas y colores correctos, o habrá que conformarse con buscar otro algoritmo que resuelva este desorden de ideas y preferencias.
Decidir usar el cubo desde la derecha, la izquierda o el centro; intentar armar el color verde o conservar el punto blanco, aplicar el proceso más seguro, o liberar cualquier orden impuesto, pondrá a los colombianos a comprobar si sus teorías y convicciones son correctas, o solo son fanáticos que guían sus opiniones por tutoriales. Lo importante aquí es hacer el movimiento más poderoso, porque una cara mal armada impediría aparejar las demás o, en el peor de los casos, desarmar toda una línea. De donde venga la solución no es sustancial, será decisivo el proceso que se llevará a cabo para que 54 fichas no se estropeen en el proceso.
Cada representante ha armado su estructura de juego: destruir todo tipo de movimientos hechos o, por el contrario, mantener las costumbres creadas por antiguos jugadores; usar estrategias propias, las cuales serán fáciles de mantener, pero difíciles de adquirir, o realizar todo de manera inversa a fortuna y maniobras de otros, con factores que condicionan todo tipo de movimientos.
Habrá tendencias empiristas, como el uso del movimiento a base de experiencia o, por el contrario, métodos regidos por la razón, incluso métodos matemáticos de “conocimiento seguro” de cada preferencia. Habrá causa-efecto, pues el mal movimiento de cualquier ficha de este complejo cubito podría tener repercusiones que serían percibidas por los mismos votantes de la cara preferida.
Tendremos que ilustrarnos para salir de la ignorancia y no formar el cubo a base de ilusiones y tiros de suerte, proponiendo un modelo mediante el cual el hombre no deje que alguna ficha sea despojada y el famoso cubo del país se quiebre, distinguiendo la satisfacción personal de la felicidad colectiva, con la cual se aspira a la unificación de conocimiento.
¿Y usted ya decidió qué algoritmo usara para resolver el dilema del cubo de Rubik?
