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Honores en vida a un líder incansable

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Cartas de los lectores y Daniela Gutiérrez Castro
04 de julio de 2025 - 04:59 a. m.
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Álvaro Uribe Vélez no es solo un nombre inscrito en los libros de historia, ni una simple figura política. Para millones de colombianos, representa el rostro del coraje en tiempos de oscuridad, la voz que no se quebró cuando la nación tambaleaba, y el símbolo de una Colombia herida que, bajo su liderazgo, supo ponerse de pie.

Hoy, en su cumpleaños, más que una felicitación, merece un homenaje. Porque a los grandes hay que honrarlos en vida, cuando aún caminan con nosotros, cuando aún inspiran y luchan.

Su nombre despierta pasiones, porque solo quienes se atreven a transformar una nación pueden ser, al mismo tiempo, profundamente admirados y vehementemente debatidos. Pero hay algo que nadie puede negar: su indeclinable amor por Colombia. Un amor que no se expresó en discursos vacíos, sino en hechos, en decisiones firmes, en recorridos incansables por cada rincón del país, y en una voluntad política que jamás se doblegó ante las adversidades.

Uribe asumió la Presidencia en uno de los momentos más difíciles que vivía el país: el terrorismo golpeaba sin tregua, la institucionalidad estaba debilitada, y el miedo era parte del día a día de los colombianos. Frente a ese panorama oscuro, su llegada representó un punto de inflexión. Con la política de Seguridad Democrática, logró devolver la esperanza a millones de ciudadanos que volvían a transitar por las carreteras, que sentían a la Fuerza Pública como aliada, y que volvieron a creer que un futuro diferente era posible.

Pero su legado no se limitó al ámbito de la seguridad. Uribe fue también el presidente del trabajo, de la educación expandida, del impulso a la inversión, del crecimiento económico y del respaldo firme al campo. Fue el mandatario que entendió que la seguridad sin justicia social no era sostenible, y por eso se rodeó de equipos técnicos de excelencia, de reformas estructurales y de una ética de trabajo ejemplar.

Su carácter firme, su cercanía con el pueblo visitando regiones que por años estuvieron olvidadas y su capacidad de liderazgo marcaron una época. Hoy, años después de haber dejado la Presidencia, sigue ejerciendo un papel activo en la política nacional, defendiendo lo que considera correcto, aun a costa de ataques y controversias.

Pocos líderes conservan la vigencia moral, la fuerza política y el respeto ciudadano que Álvaro Uribe mantiene. Ha sido blanco de persecuciones judiciales y ataques políticos implacables, pero jamás ha dado un paso atrás. Ha estado presente en el Congreso, en las plazas públicas, en los medios de comunicación, en las redes sociales y, sobre todo, en la memoria de quienes aún creen en su visión de patria.

Ha asumido todas las cargas del liderazgo sin victimismo. Ha dado la cara, ha respondido, ha defendido lo que cree con valentía, incluso cuando hacerlo implica un alto costo personal. Porque Uribe no actúa por conveniencia, sino por convicción.

Álvaro Uribe Vélez es un colombiano que ha entregado su vida al servicio público con una intensidad pocas veces vista. Y eso, en tiempos donde la política se ve con escepticismo, merece respeto, reconocimiento y gratitud.

El legado de Álvaro Uribe trasciende las fronteras nacionales. Líderes y pensadores de talla mundial han reconocido su papel en la transformación de Colombia. El premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa lo describió como “un verdadero héroe de la gran revolución democrática que cada vez se aleja más de América Latina”. Por su parte, el exvicepresidente de los Estados Unidos Mike Pence lo calificó como “un héroe”, destacando su valor en la lucha por la libertad. Además, ha recibido distinciones como la Medalla Presidencial de la Libertad en Estados Unidos, el Collar de la Orden de Isabel la Católica en España y la Medalla de la República Oriental del Uruguay, reconociendo su firme compromiso con la democracia, la seguridad y el Estado de Derecho.

En este aniversario de vida, es justo rendirle honores en vida a quien, con sus virtudes, su carácter y sus batallas, cambió el rumbo de Colombia. Gracias, presidente Uribe, por su entrega, por su ejemplo de disciplina, y por nunca dejar de amar profundamente esta patria que tanto necesita líderes de su talla.

Por Daniela Gutiérrez Castro

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usucapion1000 .(15667)20 de julio de 2025 - 11:11 p. m.
Es la opinión desagradable y arrastrada de un ruin trepador. ASQUEA.
Watasabi(56195)04 de julio de 2025 - 03:05 p. m.
Doña Daniela morirá engañada, pero al menos la justicia finalmente parece estar haciendo su trabajo. Ya veremos si tan bello homenaje se sostiene frente a la acusación presentada por la Fiscalía
Duncan Darn(84992)04 de julio de 2025 - 11:56 a. m.
¿ Es en serio?....
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