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Conocida la cifra de inflación 2022 por parte del DANE, del 13,12 %, y la del aumento del salario mínimo para 2023, del 16 %, con estas cifras la gente piensa inicialmente que se tendrá un ingreso real por el 2023, al establecer dicha diferencia. Sin embargo, ese nuevo salario se enfrentaría realmente a la nueva inflación que se desarrolle en el 2023.
Recordemos el pretérito reciente: el mínimo subió un 10,07 % para el 2022, pero a otros empleados que ganan más del mínimo, les aumentaron como máximo un 5,62 % que fue la inflación “cantada” en el 2021. Ya terminó el 2022 y el DANE indicó que la inflación por el 2022 fue del 13,12 %. Entonces salta la pregunta: ¿Sí les alcanzó a la mayoría de conciudadanos el aumento salarial decretado para cubrir sus necesidades básicas durante el 2022?
En nuestro país y según informes recientes del DANE, existen algo más de 21,9 millones de personas laborando, de los cuales un 43,1 % percibe menos del mínimo, es decir, 9,4 millones de personas y el mínimo lo reciben un 15,7 % de los trabajadores, es decir, solo 3,4 millones de personas, que no son todos empleados en empresas manufactureras o comerciales, ya que muchos trabajan en el campo. Ahora, entre los que ganan más de 2 veces el mínimo, son un 15 %, es decir, 3,3 millones. Por diferencia, entre más de un salario mínimo y hasta 2, lo perciben el 26,2 %, es decir, 5,7 millones de personas. Con esto se visualiza la pauperización en nuestro país.
Analizando el aumento salarial del mínimo por el 2022 que fue del 10,07 %, este benefició legalmente a 3,4 millones de personas. Y para los que estarían por encima del mínimo que son unos 9 millones de trabajadores, les aumentaron hasta un 5,62 %, que fue la inflación del 2021. Y no se sabe que ocurriría con el aumento en los ingresos de los 9,4 millones que ganan menos del mínimo.
Conjugando todo lo anterior y con la inflación del 13,12 % por el 2022, se puede concluir que a los del mínimo se les disminuyó, teóricamente, su capacidad de compra en un 3,05 % (diferencia entre 13,12 % y 10,07 %) al cierre del año 2022 y a los 9 millones que les subieron hasta el 5,62 %, en un 7,5 % (diferencia entre 13,12 % y 5,62 %). En suma, el aumento otorgado al inicio del 2022 para los trabajadores fue absorbido por la alta inflación del 2022.
Se ha entendido que el aumento salarial para un año es para compensar la pérdida del poder adquisitivo del año anterior. ¿Pero qué pasa cuando la inflación del año siguiente resulta muy superior al aumento salarial? La respuesta es una desmejora en las condiciones económicas para todos los asalariados, pensionados y la sociedad en general, por el rezago. (1)
El Banco de la República que tiene como mandato, entre otros, el control de la inflación, estimaba a finales del 2021 que se esperaba lograr una inflación anual por el 2022 del 3 %, el cual podría ampliarse al 3,6 %, por presiones en el mercado. El pasado marzo, la misma entidad dio a conocer la Encuesta Mensual de Expectativas de Analistas Económicos consultados y estos estimaron, en promedio, una inflación para el 2022 de máximo el 6,46 %, ¿Conclusión? Todos pifiados ya que la misma se duplicó.
Al respecto, algunos opinan que las alzas en los precios tienen causas diferente: a) El conflicto Ukrania vs Rusia que ha afectado al mundo en suministro de fertilizantes. b) Un desabastecimiento mundial generalizado por falta de contenedores. c) Por el aumento salarial del 10,07 % decretado por el gobierno, que hace subir los costos para los empresarios. d) El cierre de vías por las protestas del 2021. e) La devaluación ya que importamos 15 millones de toneladas de alimentos. f) Las inundaciones en los campos por el fuerte invierno sufrido. g) Etc.
Ahora, con base en estudios “caseros” que adelanto varias veces en el año y hace varios años, puedo informar que analizando el comportamiento en los precios de 258 productos de consumo en los hogares, en los cuales la gran mayoría de hombres y mujeres “gastamos la plata”, nos muestra que la inflación “sentida” por el 2022, fue del 22,33 %.
Veamos a continuación un cuadro que sintetiza el crecimiento porcentual en los precios en los productos básicos, de mayor a menor porcentaje en 2022:
| Papas en paquete | 91,03 % |
| Fríjol, Arroz, Lentejas y Arvejas | 73,73 % |
| Café molido | 68,96 % |
| Jabón de baño | 59,65 % |
| Jabón lavaplatos | 55,59 % |
| Leche en polvo | 53,54 % |
| Mantequilla | 49,69 % |
| Pilas | 49,44 % |
| Verduras, Hortalizas y Frutas | 48,75 % |
| Pañales adultos | 45,28 % |
| Huevos | 44,83 % |
| Leche en bolsa de diario | 39,59 % |
| Jabón lavar ropa | 38,40 % |
| Quesos y Cuajadas | 37,14 % |
| Azúcar | 33,44 % |
| Spaghetti | 33,40 % |
| Yogurt y Kumis | 31,18 % |
| Matainsectos | 30,74 % |
| Crema y seda dental, Enjuagues | 30,31 % |
| Pollo | 30,12 % |
| Margarinas | 29,55 % |
| Salsa de tomate | 27,68 % |
| Pañales babys | 25,08 % |
| Galletas | 24,81 % |
| Corn Flakes y All Bran | 24,06 % |
| Jugo de naranja | 23,84 % |
| Gaseosas | 23,51 % |
| Mayonesa | 21,77 % |
| Cremas para la cara | 21,09 % |
| Pan blanco e integral | 20,58 % |
| Toallas higiénicas y Protectores | 20,32 % |
| Cervezas importadas | 18,09 % |
| Papel higiénico y servilletas | 16,51 % |
| Carne de res común | 15,24 % |
| Mortadelas | 11,84 % |
| Cervezas nacionales | 10,26 % |
| Carne de cerdo | 9,05 % |
| Agua | 8,90 % |
| Tintes para el cabello | 8,71 % |
| Shampoo | 8,41 % |
| Carne Premium | 8,18 % |
| Vinos | 5,25 % |
| Aguardiente y Ron | -0,39 % |
| Afeitar: máquinas y gel | -11,57 % |
| TOTAL PROMEDIO | 22,33 % |
Es importante aclarar que este promedio se obtiene, no sumando todos los incrementos y dividiendo por los 45 ítems aquí planteados, sino considerando cada insumo en su precio. (2)
El procedimiento utilizado es sencillo y lógico. En principio siempre voy al mismo local de una gran superficie, donde mercan los estratos 3, 4, 5 y 6. Tengo el registro del precio de cada uno de los 258 productos a los cierres del 2021 y el 2022. Sumo el total por año y establezco la diferencia. Luego, si la suma de los valores de los 258 productos al cierre del 2021 fue de 1′000.000 de pesos, estos mismos productos, marcas y contenidos, sumaron $ 1′223.300 al cierre del 2022, significa que “mi mercado” de 258 productos, me subió en un 22,33 %.
En columna anterior, titulada El nuevo salario mínimo y la inflación “sentida”, explicaba cómo el DANE realiza su trabajo para estimar el IPC anual e indica, además, en dónde “merca”. En realidad, la mayoría de los colombianos “gastamos la plata” en solo 3 ítems de los 12 que plantea dicha entidad nacional y son los numerales 1, 4 y 7.
Pero lo importante aquí es visualizar las alzas inmisericordes de muchos productos de alto consumo en los hogares, que, a mi juicio, obedecen a precios eminentemente especulativos, o por parte de algunos proveedores o de la cadena de intermediación. Veamos:
¿Cómo entender que la cebolla cabezona creció su precio un 339 %? La papa capira, que a octubre del 2022 había crecido en un 314 %, cerró el año en un 209 %. ¿El plátano verde, un 199 %? ¿El fríjol cargamanto bola roja un 131 %? ¿La carne molida económica un 124 %? ¿Aguacate, el 120 %? ¿Papaya un 97 %? ¿Una marca de arroz el 95 %? ¿Papas Margarita un 91 %? ¿Un café nacional hasta en un 83 %? ¿Jabón de baño en presentaciones de 3 unidades en un 65 %? ¿El azúcar nacional un 65 %? Y para cerrar, ¿una crema dental y que no es de Colgate, un 351 %?
Hago esta pregunta: ¿al campesino que cultiva la cebolla cabezona, le pagaron por su cosecha siquiera un 300 % más durante el 2022? Igual para los paperos de la capira, ¿siquiera un 209 % más? Y así sucesivamente. Ahí queda la respuesta a la problemática que vivimos.
Un aumento salarial del 10,02 % para el 2022, basado en una inflación del 5,62 % del 2021, no da para que los precios hayan subido así tan desproporcionadamente. De allí la importancia de que exista en el país un control de precios en los bienes de alto consumo en los hogares colombianos, ejercido por la Superintendencia de Industria y Comercio, la cual, no debería limitarse a controlar solamente los precios de los agroquímicos, los medicamentos y la libertad regulada sobre el precio de la leche, sino también en los bienes básicos para la población, desde el inicio de la cadena de suministro, hasta el último intermediario, porque no podemos permitir que entremos, si no es que ya entramos, en una burbuja excesiva de precios generalizada, que nos conducirá rápidamente al vacío y con un BanRepública creyendo aún que con el aumento en la tasa de interés de política monetaria la va a controlar. Lo que percibo es un crecimiento desaforado en los precios para obtener un exceso en las ganancias, justificado aquellos en argumentos como el aumento del salario mínimo, inflación alta indicada por el DANE, el aumento del riesgo país, el efecto Petro, el dólar, el petróleo, la pérdida del grado de inversión, el aumento en el precio de combustibles por el desfase del Fondo de Estabilización de Precios del Combustible (FEPC), que asciende a $ 34 billones, significando el 2,5 % del PIB, por las pérdidas obtenidas en la pandemia, etc, etc.
Considerando 72 productos que hacen parte de los alimentos tradicionales en nuestro país, el incremento desagregado en precios de los más importantes, fueron:
Carne molida económica, un 123,6 %; fríjoles, arroz, lentejas y arvejas, un 73,7 %; verduras, hortalizas y frutas, del 48,7 %; huevos, un 44,8 %; leche de bolsa un 39,7 %; quesos, un 37,1 %; azúcar, un 33,4 %; yogurt y kumis, un 31,1 %; pollo, un 30,1 %; es decir, todos los anteriores crecieron entre 2 a 6,3 veces más (200 % a un 630 %) sobre el incremento del salario mínimo decretado para el 2022. Luego, el empobrecimiento es descomunal, abriéndose aún más la brecha de la desigualdad social. No podemos quedarnos quietos, ni los ciudadanos ni el gobierno, ante la actual burbuja inflacionaria en los precios de los alimentos.
Además, ojo con el sector de restaurantes, donde hay mucha mano de obra laborando: ante la escalada desaforada en los precios de los alimentos, puede ser ello motivo de amenaza para la supervivencia de los mismos.
Y cabe la duda: si esta escalada fue con un aumento salarial del 10,07 % y una inflación del 5,62 % del 2021, ¿qué nos esperaría para el 2023 con una nueva inflación del doble a la del anterior año (13,12 % vs 5,62 %) y un aumento porcentual del salario mínimo en un 60 %? (del 10,07 % al 16 %)?.
En todo esto hay un punto que vale la pena abordar: ¿ante la combinación inflación y aumento del salario mínimo, cómo visualizar realmente cuánto deberían subir porcentualmente los precios en el año siguiente?
Para ello quise consultar la composición de costos y gastos operativos en 22.361 empresas manufactureras y comerciales colombianas, extrayendo de una treintena de estas empresas de diversos sectores, algunas de capital intensivo y otras de mano de obra intensiva, cual es la participación de los salarios dentro del total de costos y gastos operacionales, llegando a estas conclusiones:
Las empresas industriales y comerciales tienen una relación de salarios a Ingresos operacionales del 8,13 % en promedio. Ahora, si observamos la relación de salarios a costos más gastos operacionales, la misma es del 10,35 %.
Ahora, tengamos presente que en estas empresas son menos del 10 % de los empleados quienes ganan el salario mínimo. Luego, a ese 10 % les subieron el 10,07 % y al 90 % restante un máximo de 5,62 % en el 2022. Ponderando estas cifras, el promedio del aumento salarial en las empresas, queda en un 6,07 %, es decir, lejos del 10,07 % del aumento del mínimo y cercano al 5,62 % de la inflación del 2021.
Aquí es donde se presenta el desbarajuste: muchos piensan que como el salario mínimo subió el 10,07 % para el 2022, cifra no vista desde el 2000, entonces comienza una escalada inflacionaria en los precios que observamos en el cuadro líneas atrás, donde de 45 rubros de productos, 42 crecieron por encima del 6,07 %, que podríamos estimar como promedio ponderado de aumento salarial en el 2022.
¿Y qué deberemos esperar en el 2023? Repitiendo el raciocinio, al 10 % que estimamos ganan el mínimo, les subirán el 16 % y al 90 % restante hasta un 13,12 %, quedando el ponderado en un 13,41 %. Luego, si con el promedio de incremento salarial por el 2022, que fue del 6,07 %, la inflación con 258 productos fue del 22,33 % (a mi juicio lejos del 13,12 % “cantado” por el DANE por todo el 2022), ¿cómo será la inflación por el 2023? ¿Incontrolable? Esto porque el incremento salarial promedio para este año, más que se duplicó con respecto al anterior. (13,41 % vs 6,07 %).
El crecimiento económico en muchos países, y el nuestro también, está en función, entre otros, en el consumo de los hogares. A mi juicio, estos están ya diezmados con lo acaecido en el 2022. ¿Y será que en el 2023 empeorará la situación?
Para todo lo anterior, tengo una reflexión como aporte al país y en especial para los empresarios manufactureros y comerciales, partiendo del comportamiento de sus costos y gastos operacionales. Veamos:
En promedio, y del total de los egresos operacionales, los costos de productos vendidos han sido el 75,3 %; los gastos de administración, el 12,3 %; los de ventas, el 7,2 %; otros generales, el 4,1 % y la depreciación, el 1,1 %. Estos costos y gastos operacionales deben subdividirse entre fijos, variables y semifijos, ya que los variables tendrán un crecimiento en función a la cantidad de unidades vendidas, en cambio, los fijos no, solo con base a la inflación. Los salarios vienen a representar solo el 6,33 % de los costos más gastos operacionales en las empresas industriales y manufactureras.
Por tanto, solo el 6,33 % de los costos y gastos operacionales podrá subir máximo el 13,41 %, y el resto, que significan el 93,67 %, podrían subir en este 2023 el 13,12 % como máximo, salvo ligeras circunstancias extraordinarias en los mercados. Esta ponderación entre costos más gastos operacionales con sus incrementos, nos da un ponderado general del 13,14 % como incremento promedio en los costos y gastos operacionales para 2023 en las empresas, significando que, en estas condiciones, tal como lo indica el DANE y con el aumento del mínimo decretado, los costos y gastos operacionales en las empresa manufactureras y comerciales no debería subir más del 13,14 %. De esta manera los empresarios, si subiesen precios de venta en todo el 2023 en un 13,138 %, mantendrían sus márgenes de ganancia operacionales (Utilidad Operativa / Ventas) logradas en 2022, con solo vender la misma cantidad de unidades en ese mismo 2022.
Esto es muy importante tener presente, para que no se torne en un bulo, de que si el salario mínimo subió el 16 %, entonces los precios tendrán que subir en porcentajes muy superiores al 16 %, para poder compensar y obtener los réditos apropiados a ese incremento en costos y gastos operacionales, lo cual queda aquí demostrado que no es cierto. De allí que si no hay control de precios, esto podría volverse un cuasi-sempitermo. No hay razón válida, entonces, para que cualquier producto tenga durante el 2023 un aumento superior al 13,138 %, en precio promedio.
Pero el BanRepública agrega que la expectativa de inflación esperada para el 2023 la aumentaron del 7 % al 8,7 %, en virtud de múltiples factores, más externos que internos. Esto querrá decir que los precios, en promedio, no superarán el 8,7 % de incremento en el 2023, en los productos básicos. Esto sí podría darse, si efectivamente los empresarios no elevan sus precios en porcentajes superiores al 8,7 % durante el 2023, lo que permitiría que los hogares colombianos tuviesen mayor capacidad de compra para demandar más unidades y por ende los empresarios elevarían más sus ventas, obteniendo mayores utilidades operacionales al apalancarse mejor en sus costos y gastos fijos operacionales.
Con esta nueva cifra inflacionaria esperada, al ponderar los costos y gastos operacionales y los salarios, nos da que los empresarios mantendrían su margen operacional del 2022, subiendo precios en un 8,9 % por el 2023.
Otro elemento que debe ayudar es que el crédito bancario no puede estar para los empresarios, en especial medianos y pequeños, en este febrero/23, cercano a la usura del 45,27 % efectivo anual. Nadie aguanta este costo financiero, que obviamente muchos transfieren al precio de venta, máxime que hace un año estaba en el 27,45 %, es decir, creció un 65 % en un año. No sobra precisar que el interés bancario corriente subió en igual porcentaje, ya que el cálculo de la usura depende de éste.⁴
Esperemos que el gobierno desarrolle el anunciado control de precios que indicó inicialmente para unos 50 productos y que el Ministerio de Trabajo complementó con 170 productos más. De no ser así, me temo que la inflación “sentida” en 2023 va a ser muy alta, apoyándose, equivocadamente, en la falacia del ajuste del mínimo, a no ser que el gobierno pacte con gremios, proveedores e intermediarios (grandes superficies, plazas de mercado y tiendas de barrio).
Recordemos que más de la mitad de nuestra población está en condiciones de pobreza y no tienen con que comprar sus alimentos y productos necesarios a los precios actuales, impidiéndose el crecimiento económico general del país.
¿Conclusión? No queda otra alternativa de concertar para construir país.
Notas:
(1) En especial, para aquellos que ganan hasta 7 salarios mínimos legales mensuales vigentes.
(2) En el cuadro observado y en cada ítem hay el producto enunciado como tal, pero considerando distintas marcas y distintas cantidades en gramaje o mililitros, equiparados igualitariamente, de tal forma que permita obtener el crecimiento porcentual promedio en precios, de un año a otro.
(3) En próximo artículo ampliaré este concepto para la banca colombiana y compañías de seguros y salud.
(4) En próximo artículo ampliaré esta explicación, sus causas, la manera de estimar la tasa de usura, la correlación entre inflación vs costo del dinero en Colombia y otros países, etc.
luemor74@yahoo.com