Publicidad

Los señorones y sus subordinados

Sigue a El Espectador en Discover: los temas que te gustan, directo y al instante.
Columna del lector
26 de marzo de 2015 - 04:00 a. m.
Resume e infórmame rápido

Escucha este artículo

Audio generado con IA de Google

0:00

/

0:00

Desde que estalló el escándalo en la Corte Constitucional de Colombia no se habla de otra cosa en los medios de comunicación y redes sociales. Al respecto me permito opinar:

Para el mes de octubre del año 2013 fue detectado por la Fiscalía General de la Nación, con apoyo de la Dijín de la Policía Nacional, un carrusel que direccionaba procesos de diversa índole en el complejo judicial de Paloquemao. Según la Fiscalía, los movimientos de dinero en efectivo que allí circulaban oscilaban entre los 500 mil y 100 millones de pesos, que iban a parar a las arcas personales de jueces, funcionarios de menor rango y abogados litigantes; para esa fecha fueron capturadas once personas que, mediante la modalidad del favorecimiento, desviaron dichos procesos al amaño de los clientes, especialmente a Electrificadora del Caribe (caso Corelca).

Hoy, pero a un “elevadisimo nivel de poder”, se presenta nuevamente esta figura delincuencial, pero ni más ni menos que en la Corte Constitucional, en cabeza de Jorge Pretelt y su séquito de contertulios que, de acuerdo con lo que se sabe hasta la fecha, puede pasar el límite de los 500 millones de pesos. Si los jerarcas delinquen, sus subordinados lo hacen con feroz “permisividad”, siguiendo el mismo sendero.

En Colombia no solo delinquen hampones de media petaca, sino también “honorables magistrados”, señorones perfumados a los que un día se les depositó plena confianza para desempeñarse en tan altos cargos, pero a quienes hoy su “leguleya astucia” les está jugando una mala pasada. ¿Qué se trae entre ceja y ceja este personaje de porcina figura? ¿Será juzgado por concierto para delinquir, falsedad ideológica en documento público, prevaricato por acción agravada, tráfico de influencias y cohecho por dar y ofrecer?

Virgilio Duque Salazar. Bogotá.

Envíe sus cartas a lector@elespectador.com.

Conoce más

 

Sin comentarios aún. Suscríbete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.