Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.

Tengo miedo

Columna del lector

26 de junio de 2016 - 09:00 p. m.

El desarme de las Farc es una noticia histórica que Colombia ha estado esperando por más de 50 años, pero en estos momentos me es inevitable recordar la frase del famoso nobel de literatura William Faulkner: “Se puede confiar en las malas personas, no cambian jamás”.

PUBLICIDAD

Por Jorge Pablo Velasco Borda

Lo que comenzó como un grupo de autodefensas campesinas influido por el comunismo soviético, que luchaba por unos ideales de manera violenta —siendo este el único modo de ser escuchado en la época—, se convirtió durante y después del boom del narcotráfico en una organización terrorista que infundía miedo en todo el territorio nacional, se financiaba mediante el secuestro, la extorsión, la minería ilegal, el lavado de activos y con el comercio ilícito de drogas que tanto daño ha causado a nuestra patria. La anterior introducción nos recuerda que quien no conoce su historia está condenado a repetirla.

Ahora bien, ¿por qué tengo miedo, si ambas partes ya firmaron el fin del conflicto? En primer lugar, siento desconfianza de un grupo insurgente que ha cometido actos atroces y que le ha mentido a Colombia, una guerrilla que no acepta ser dueña de billones de dólares fruto del secuestro, la extorsión y el narcotráfico, a pesar de que la prestigiosa revista británica The Economist asegurara tener fuentes fiables sobre el paradero de los activos de este grupo insurgente. Entonces, ¿qué harán las Farc con el dinero que no quisieron entregar? Espero que no haya sido utilizado para su fortalecimiento durante los diálogos de paz.

Sinceramente tengo miedo, miedo de los cambios que se harán a la Constitución y que no tendrán vuelta atrás. Igualmente siento una gran difidencia, porque, así como lo dijo el procurador, antes del proceso las Farc estaban diezmadas militarmente y no gozaban de legitimidad política, y ahora, debido a las negociaciones, están legitimadas y fortalecidas en el campo militar, hasta el punto que nuestro propio jefe de Estado nos amenazó con una posible guerra urbana. Entonces, ¿cómo se puede confiar en un grupo con ese pasado terrorífico y en un Gobierno que amenaza al pueblo con guerra e impuestos?

Read more!

Asímismo, ¿cómo es posible confiar en unos pactos en los que el Gobierno cede prácticamente a todo por el afán de cerrar el acuerdo? Cede a la impunidad para los guerrilleros, pero no habla de impunidad para los militares que también cometieron delitos de guerra o para los empresarios que financiaron el paramilitarismo para poder llevar a cabo sus actividades económicas sin interrupciones ni extorsiones. Cede a modificaciones constitucionales para que los líderes del mayor grupo terrorista de Latinoamérica hagan política. Pienso que no está mal que las Farc se conviertan en un movimiento político, pero sí está mal que las cabezas que planificaron miles de atrocidades lideren este movimiento.

De igual manera, siento que Santos, desesperado por firmar el acuerdo, se arrodilló frente a un enemigo debilitado, se arrodilló frente al narcotráfico, y, como dijo Winston Churchill, “el que se arrodilla para conseguir la paz, se queda con la humillación y con la guerra”.

Para finalizar, quiero ser claro: no estoy en contra de las negociaciones, ni en contra de la anhelada paz, en la realidad esta sería la salida para nuestro joven país que desea avanzar, a pesar de las trabas que ha vivido durante su historia. Pero creo que hay unos vacíos importantes en este acuerdo. Tengo miedo. ¿Y cómo no tenerlo?

Read more!

 

@velasco1998

No ad for you
Conoce más

Temas recomendados:

Ver todas las noticias
Read more!
Read more!
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.