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Un modelo del “conflicto”

Columna del lector

20 de diciembre de 2015 - 02:57 p. m.

El siguiente es un modelo bastante simplificado del conflicto colombiano que sirve para ilustrar algunas opiniones acerca del actual proceso de paz.

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Imagínese un pueblo de 30.000 habitantes. El Gobierno está representado por el alcalde, el Concejo (ambos elegidos a través del voto) y un cuerpo de policía de 600 integrantes. Como en las sociedades latinoamericanas, predominan las familias de clase media y baja. Hay algunas familias ricas, pero no son muchas. Viven en las partes más seguras y bonitas y, a través de sus medios, tienen acceso a la mejor educación, salud y alimentación. Por otro lado, las familias pobres están prácticamente abandonadas. Los barrios donde viven son inseguros y sólo tienen acceso a salud y educación pública de regular a mala calidad. En resumen, los ricos tienen todas las oportunidades y siguen ricos y los pobres, sin oportunidades, siguen pobres. A esto sumémosle que el poder ha sido ocupado en gran parte por miembros de las pocas familias ricas. Algunos, no todos, han tenido buenas intenciones y han tratado de resolver los problemas y, aunque se han logrado avances, las mejoras no han sido sustanciales.

Como es de esperarse, hay gran inconformismo en la clase baja y el tiempo los ha llevado a concluir que la única forma de cambiar su situación es llegar al poder. Ahora, no todos están de acuerdo en el método que deben usar para llegar al poder. Mientras unos deciden formar un partido político, otros, exactamente cinco, optan por llegar al poder a través de las armas. Este segundo grupo, aprovechando la falta de presencia de Policía en su barrio, se dedica a producir droga, asesinar, secuestrar y extorsionar. Después de varios años de esta situación, el pueblo, aterrorizado por la violencia, presiona para una salida al “conflicto” con estos cinco. El alcalde actual decide entonces sentarse a negociar con los terroristas para lograr un acuerdo con el que dejen las armas.

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Las cifras presentadas anteriormente reflejan la realidad de Colombia. Por cada guerrillero de las Farc hay aproximadamente 120 integrantes de la Fuerza Pública y 6.000 colombianos. Algunos cuestionamientos/conclusiones:

1. En un “conflicto” de uno contra 120, ¿cuál de las dos partes debería poner las condiciones y cuál debería hacer las concesiones? ¿Deberíamos 50 millones de colombianos ceder ante las exigencias de 8.000 terroristas?

2. ¿Estamos dispuestos a que unos asesinos tomen parte en las decisiones del país? Si les parece que matar inocentes está justificado, ¿qué no serán capaces de hacer desde el Gobierno?

3. Al firmar un acuerdo con las Farc, ¿en realidad habrá paz? ¿Se resolvieron los problemas que dieron origen al conflicto? Si las Farc dejan el negocio del narcotráfico, ¿no será éste tomado por otros criminales?

4. ¿Qué enseñanza les queda a aquellos que decidieron hacer política legalmente? ¿No habrá otros que decidan alzarse en armas al ver que sus problemas no han sido resueltos y que llegar al poder a través de las armas es más fácil?

5. Por último, ¿es cierto el “argumento moral” según el cual cualquier sacrificio vale la pena por una vida salvada? ¿Qué tal si un mal acuerdo que salva esa vida hoy resulta en miles de vidas perdidas en el futuro? No hace falta ir tan atrás para ver que esto es posible. Es argumentable que una de las principales razones del nacimiento de las Farc fue el Frente Nacional, un acuerdo entre los partidos Liberal y Conservador con la intención de poner fin al período de violencia partidista.

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@acolmenaresv

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