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Librería Prólogo sin Alfaguara

Diego Aristizábal
24 de marzo de 2014 - 03:00 a. m.

Sorprendido quedé hace poco cuando el librero de Prólogo, Mauricio Lleras, me contó que la editorial Alfaguara se llevaría todos los libros de este sello de su librería. La medida, como dice el jefe de Crédito y Cobranzas de la editorial en una carta, se tomó “debido a la mora reiterativa en sus pagos”.

Apenas Mauricio recibió esta notificación aclaró inmediatamente en su respuesta a Santillana Colombia, que a pesar de que durante mayo y diciembre de 2012 la librería suspendió sus actividades comerciales porque tuvo que buscar un nuevo espacio, con las consecuencias comerciales que esto implica, Prólogo, poco a poco, “ha ido sobreponiéndose a las adversidades de este nuevo comienzo y prueba de ello es que ha CUMPLIDO con todos los pagos acordados con ustedes a partir de julio del año pasado hasta la fecha”, cuando se pactó que la librería empezaría a pagar 700 mil pesos semanales para saldar lo antes posible la deuda. Por lo tanto, como agregó Lleras, “es erróneo afirmar que Prólogo ha tenido una mora reiterativa en sus pagos”.  

Si algo indignó al librero fue que la editorial nunca le respondió. Además, cómo es posible que un sello como Alfaguara afirme que “lamentablemente no podemos sostener más esta situación”, como si los dos millones novecientos mil pesos que le debe Prólogo a Alfaguara tuvieran bloqueada la nómina de una editorial que pertenece al grupo Santillana, el cual se enorgullece porque en 2012 obtuvo 733,6 millones de euros en ingresos de explotación, un récord histórico en resultados, como dice en su página.

Algo que no entiende esta editorial es que una librería, más que un cliente, es un aliado, es alguien que también le hace un favor al ofrecer sus libros, al promocionar sus buenos autores para que ganen, no solo la editorial y la librería, sino el lector quien es finalmente, o debería serlo, la razón principal de este mundo que tiene que ir más allá de lo comercial.

¿Qué gana Alfaguara con todo esto? ¿Humillar a los libreros? ¿Ganarse una fama de verdugo? ¿Mostrar que le importa más el dinero que la formación de lectores? ¿Qué harán con los más de 500 libros que ya no están en Prólogo? ¿Dejarlos en una bodega y después picarlos? Así no se hacen las cosas señores de Alfaguara, vivir del libro, y más en estos tiempos, no es asunto fácil; tal vez por eso a las pequeñas librerías les resulta tan complejo estar siempre al día. No crean ustedes que éstas gozan de ganancias multimillonarias y les encanta colgarse en sus cuentas con todas las editoriales solo para provocar. En una librería, como dice Mauricio, siempre se está “pariendo borugos”. Entonces ¿por qué seguir siendo librero? Sencillamente, responde, porque me gusta leer y quiero que eso que me gusta a mí, seduzca a las personas que entran a la librería. Una respuesta que evidencia el tipo de librero que es Mauricio, uno de los mejores que tiene este país, sin lugar a dudas.

Pueda ser que ahora que Penguin Random House adquirió a Alfaguara por 72 millones de Euros, no se repita una situación tan incómoda que lo único que genera es indignación. 

 

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