Lo que vi

De lo que vi en el fin de semana y del fútbol colombiano, me gustó básicamente el juego donde el Tolima superó al Caldas.

Por la dinámica de juego, por el empuje de los locales, donde Gerardo Vallejo resultó pieza esencial por el apoyo constante para los de adelante. Comenzó perdiendo y así y todo se fue a pelear por los puntos y lo consiguió con actuación determinante de Wílder Medina, cada día más interesante como jugador de área. Y ni hablar de Franco Arizala. Los dos delanteros, cuando debieron resolver, lo hicieron con frialdad y sin afanes.

Queda claro por los puntos conseguidos en la primera vuelta, que los tolimenses, quienes ya habían exhibido gran regularidad en el torneo previo, están con panorama optimista. Según las tendencias, con 11 puntos se consigue llegar a la final y los de Hernán Torres lo pueden conseguir. Me resultó aburrido y plano el partido de Cúcuta y Júnior. A este último le hace falta Ricardo Ciciliano porque fundamentalmente le cuesta mucho a Giovanni Hernández “echarse” el equipo al hombro. Iban ganando y Berbia salvando hasta donde podía, cuando por una pena máxima clara, Gamarra pudo salvar un punto.

En este aspecto, al Cúcuta como a La Equidad les está costando muchísimo jugar como locales. Quizá porque se acostumbraron al plan más cómodo cuando actúan como visitantes, donde se arman y organizan agrupadamente en defensa y trabajan para el contragolpe. Pero cuando se hace necesario salir a llevar la iniciativa, vienen los problemas y se nubla el plan de ataque.

El Cali anda en las mismas. No se ve juego de conjunto y sólo la iniciativa de Pablo Batalla logra derivar en alguna jugada aislada para su delantera. Es un equipo, viéndolo desde afuera, partido en dos, estirado en el campo, sin que convenza en este primer tramo de finales. Más gracia lo de Envigado, que contando de nuevo con Totono y Morantes puede, porque además carece de presiones. Viene el receso obligado por la eliminatoria y todos los invitados a los cuadrangulares están para arrancar de cero.

Vi también un penalti contra Jorge Serna sin sanción y cómo Ariel Carreño, del Caldas, estaba bajo la lupa severa de Ímer Machado. Esto certifica que los jueces ven también televisión, toman nota y van elaborando su propia lista de avivatos en el campo.