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Los ataques a Daniel Quintero

Felipe Zuleta Lleras
30 de agosto de 2020 - 05:00 a. m.

A pesar de que hace un par de semanas puse en tela de juicio las decisiones del alcalde de Medellín, Daniel Quintero, relativas a su manejo de EPM, después de haber hablado con varias fuentes muy serias, empiezo a entender lo que quiere decir el funcionario cuando sostiene: “Navegamos entre fuerzas oscuras que se resisten al cambio”.

Me dicen que algunas personas de peso pretenden que no se investiguen las erróneas decisiones que se tomaron desde la junta frente a Hidroituango. Estas tienen hoy a la empresa en un proceso de reclamación por más de $9,9 billones. Se ha impuesto así una solidaridad de cuerpo y un silencio secuaz que denota su turbiedad.

Precisamente se unió a ese coro de detractores, desde su casa por cárcel, el detenido exsenador Álvaro Uribe. Esto es suficiente para entender que detrás de los ataques en contra del alcalde hay intereses políticos turbios. Incluso lo acusan de ser socialista. Es claro que quienes metieron a EPM en los líos en los que está con Hidroituango no pueden ahora escudarse detrás de sus influencias para no responder como corresponde.

Si hay algo que ha caracterizado a los paisas es que siempre han trabajado unidos el sector público y los empresarios. Son un ejemplo para el resto del país y negarlo sería una necedad. Sin embargo, hay que darle el beneficio de la duda a Quintero, quien ha decidido controvertir algunas decisiones de las juntas directivas de EPM durante los últimos años. Eso no lo vuelve izquierdista, ni petrista, ni incapaz. Es lo que siempre le corresponde a un administrador responsable. ¡Lo cómodo hubiera sido callar!

Tal como lo denunciara en su columna de El Tiempo el exvicepresidente Germán Vargas Lleras, en muchos casos había claras incompatibilidades entre la anterior junta directiva y los negocios personales de algunos de sus miembros. A pesar de eso, ninguno de los antecesores de Quintero dijo nada. Se hicieron los de la vista gorda, aunque todos sabían lo que estaba pasando. Ellos deben responder personalmente por el detrimento patrimonial de EPM, al igual que algunos de los miembros de las juntas directivas. Y ese es el meollo del asunto: se están cubriendo con la misma cobija.

No soy amigo del señor Quintero. Lo he visto dos veces en algunas entrevistas que le hice hace años en Blu Radio. Hago la claridad para decir de manera transparente que, como simple observador, entiendo que el alcalde está haciendo lo que la ley le ordena. Lo contario sería ilegal e impúdico. Preocupante resulta que algunos “cacaos” paisas, con la connivencia de Uribe, pretendan esconderse detrás de sus posiciones para meter la basura debajo del tapete.

La prueba reina de todo esto es que los uribistas, hágame el favor, se han constituido dizque en veedores para vigilar a EPM. Eso es como poner al violador Garavito a cuidar la entrada de un jardín infantil. El país tiene derecho a conocer la verdad sobre todo lo que ha ocurrido con Hidroituango.

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WILSON(crcrb)27 de septiembre de 2020 - 08:23 p. m.
La clase politica de antioquia y su innegable nexo con los empresarios ya no cuentan con el complice y negligente de FICO. Por eso no es nada extraño que califiquen a Quintero de comunista, eso es propio de todos los simpatizantes del uribismo, descalificar a todo aquel que piense diferente y este en contra de sus politicas.
-(-)27 de septiembre de 2020 - 08:21 p. m.
Este comentario fue borrado.
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