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Los caballeros las prefieren de segunda

Catalina Uribe Rincón
10 de abril de 2021 - 03:00 a. m.

La biografía ilustrada de Marilyn Monroe dibujada por la española María Hesse es una aproximación iluminadora y refrescante al ícono estadounidense. En el prólogo, Hesse comenta su disgusto al leer una y otra vez versiones amañadas e injustas, casi todas escritas por hombres, de la vida de Marilyn. En ellas, el énfasis está en su belleza y sexualidad. Pero sobre todo en su rol de acompañante o de “segunda”: Marilyn como la esposa del beisbolista Joe DiMaggio, Marilyn como la esposa del escritor Arthur Miller, Marilyn como la amante de los Kennedy.

Hesse, por el contrario, hace énfasis en aspectos menos conocidos de la artista: su faceta de poeta y lectora. Cuando murió, encontraron una biblioteca de más de 400 libros con autores como García Lorca y Whitman, y libretas con escritos y poemas propios. De hecho, existen más fotos de Marilyn leyendo que desnuda. El libro también enfatiza sus sistemáticos y disciplinados esfuerzos por mejorar sus habilidades escénicas para mantenerse como actriz de primera talla. Sin embargo, como lo comenta Hesse, una mujer competente, bella, poderosa y que vive su sexualidad como le parece es simplemente muy peligrosa. Por eso conviene más bien presentarla como tonta, ingenua y frívola.

La construcción de nuestra imagen o persona pública depende de muchos factores. La audiencia juega un papel fundamental. También están los elementos y figuras de poder que determinan nuestro juicio. Y, por supuesto, el performance que cada uno hace cuando se presenta en público. Me llamó la atención sobre todo este último aspecto en los escritos de Marilyn. La actriz era consciente de que esa imagen de rubia tonta que la ponían una y otra vez a representar en las películas traspasaba las pantallas y que ella, al actuarla, la perpetuaba. Gracias a su perseverancia envió un mensaje a quien lo quisiera oír. Insistió e insistió hasta que logró colar la siguiente frase en la película Los caballeros las prefieren rubias: “Puedo ser inteligente cuando me conviene, pero eso a los hombres no les gusta”.

Y son muchos los hombres a quienes les molesta que una mujer se muestre fuerte, inteligente, capaz o par. Esta semana vimos cómo muchos se incomodaron cuando Ángela María Robledo le dijo a Francia Márquez: “¿Qué tenemos que hacer? Tú, ganarle a Petro. Y yo, ganarle a Fajardo”. Vinieron entonces las críticas que enmarcaron el comentario en una supuesta guerra de los sexos. Los que hacen estos comentarios y los que ni siquiera se imaginan a una mujer llevando las riendas de algo importante son los mismos que creen que la mujer debe ser ese “complemento” al mejor estilo de la Iglesia católica: la segunda, la suave, la dócil, la florero.

A Ella Fitzgerald no la contrataban en los clubes más famosos de Los Ángeles, en esos donde se presentaban Dinah Shore, Bob Hope y Sinatra. A los dueños les parecía que “su voz y su físico eran demasiado negros”, nos dice Hesse. Para que la contrataran, Marilyn se ofreció a ir a todas sus actuaciones, así les llegaría la publicidad con la prensa. La dupla Marilyn-Ella fue una sensación: dos mujeres fuertes e independientes. Es hora de que muchos se vayan acostumbrando a la idea.

 

Blanca(66976)10 de abril de 2021 - 12:28 p. m.
El libro de Hesse también es una opinión amañada de la realidad.
Atenas(06773)10 de abril de 2021 - 12:18 p. m.
De gocetas uno q' se lee estos adminículos muy a propósito de otras menudencias literarias. El sofisma de la bella rubia como adalid de las féminas, u obvio mov. progre q' las redima en sus derechos, es toda una entelequia o cuento chino q' pa nada le agrega sustrato a lo q' tan justa/ luchan las sublimes mujeres.
  • Mario(8676)10 de abril de 2021 - 12:40 p. m.
    y de donde salió este tarado mental
  • Atenas(06773)10 de abril de 2021 - 04:35 p. m.
    Ay, ay, noooo, tan chabacán Orlando, lo q' me dice, y q' Mario me remata aun más toscamente. No, así no juego yo con esto niños, y yo como soy de pulcro y atildado.
  • Orlando(11296)10 de abril de 2021 - 01:54 p. m.
    Fue parido por el cu.lo del dueño del Ubérrimo
Victor(10861)10 de abril de 2021 - 12:08 p. m.
Que bien. Me gustan Francia y Ángela Maria. Y nosotros los hombres debemos entender que las mujeres y su poder sólo hasta ahora está despertando y se están liberando de la represión masculina de siglos enteros. Tengo una hija y le he dicho muchas veces no dependas económicamente de nadie. Si estás con alguien es porque quieres, no porque te tocó. Votaré por Petro, el piensa igual
María(17776)10 de abril de 2021 - 12:00 p. m.
Muy interesante artículo: explica la inmobilidad (o lo difícil que es de mover) el foco con el que nos cuentan, nos narran, nos definen, los hombres. Y nosotras mismas somos portadoras de esos prismas también, puesto que hemos sido educadas en esta sociedad patriarcal. Muy buena pista de reflexión sobre el manejo discursivo de íconos femeninos de todas las artes.
Ernesto Guevara(40301)10 de abril de 2021 - 11:27 a. m.
Otra feminazi en El Espectador. Esta huida de este periódico hacia adelante le hace mucho daño a la prensa seria y al verdadero pensamiento liberal.
  • Juan(84440)10 de abril de 2021 - 11:57 a. m.
    Qué será una feminazi? Las estupideces que se inventan los carentes de argumentos para controvertir las luchas y reivindicaciones del feminismo. Si ser feminazi significa defender la igualdad de género, el acceso justo a bienes y servicios -en especial los de salud-, y que no las asesinen por ser mujeres, entonces yo también lo soy y no me siento insultado.
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