Decir que es estrategia sería exageración. Son más bien decires del Gobierno que hablan en abundancia de su falta de corazón. No extraña, entonces, que presidente y ministros personalicen nuestros males, así en abstracto, sin otros responsables que los males mismos, con ese lenguaje ambiguo para navegar en las aguas tibias de la indefinición, sin comprometerse con nada, pero especialmente con nadie.
Por eso, a tono con su talante en obra negra, se conocen declaraciones insulsas, borradores sin norte y papers en construcción —así suelen llamarlos los yuppies que apoyan a asesores que hablan al oído a dichos funcionarios—, como el que rueda en la Casa de Nariño y promete “fortalecer los instrumentos de prevención, protección y persecución del terrorismo”, presentado así no más, sin encarnarlo, sin nombres, rostros ni resultados, como un propósito etéreo para uvas de Año Nuevo.
O como la “cruzada contra el narcotráfico” que propone el mindefensa, como si fuera una figura con rasgos reconocibles y señales particulares para hacerle seguimiento (al delito y a la labor del Ministerio), y no como esa masa amorfa a la que recurren para culparla de algo cada vez que se ven en calzas prietas, es decir, desde hace 28 meses.
Con la misma narrativa evasiva hablan de masacres como entidad actuante, y no de sus autores materiales, instigadores, pesquisas, juicios y condenas de las que nadie, especialmente ellos, tiene noticia, a pesar de que alcanzan la espeluznante cifra de 83; debe ser que solo saben la cuenta regresiva para entrar al aire, que es donde mejor se sienten.
Y la lista sigue con la pandemia, la otra gran responsable, dicen, de que no seamos el país con el que nos engrupieron. Pero de contratos para compra pronta de vacunas no dicen ni pío. O de la pobreza, ese mal necesario para todo país que quiera desarrollarse. O del trabajo formal y el salario mínimo digno, las dos talanqueras para que crezcan las empresas. O de los desastres…
A falta de un enemigo creíble, construyen enemigos incorpóreos. Ni siquiera molinos de viento. Solo eso… viento.