Mujeres defensoras por la vida, la paz y el territorio

Columnista invitado EE
01 de diciembre de 2018 - 06:00 a. m.

Por Ana Güezmes y Alberto Brunori*

Una afrodescendiente que insta al Estado a garantizar la protección de los ríos en Colombia, un grupo de mujeres indígenas que agrupan a su comunidad ante un proceso de restitución de tierras, una organización feminista que lucha para que las mujeres puedan vivir libres de violencia, mujeres que lograron el voto, que hoy demandan paridad, líderes campesinas que buscan el acceso a la educación, a la salud y los derechos sexuales y reproductivos, mujeres constructoras de paz que recuperan la memoria de su comunidad y demandan garantías de no repetición son algunos ejemplos de mujeres que han roto el silencio con valentía y hoy dan voz a quienes aún no la tienen.

Desde Nariño hasta la costa Caribe en Colombia, pasando por las que se encuentran lejos de su lugar de origen, refugiadas o en las grandes ciudades, las mujeres son líderes de profundas transformaciones en Colombia. Es su defensa de la vida, la democracia, el desarrollo incluyente, la justicia y la paz sostenibles por lo que hoy las reconocemos como defensoras de los derechos humanos.

Ya sea en su hogar, en la calle, con su comunidad, en sus propias organizaciones sociales, en medio de los conflictos y la construcción de paz, ellas, sobrevivientes, víctimas, activistas, líderes comunitarias, mediadoras, cada día pasan a la acción lejos de los titulares mediáticos y a menudo sobreponiéndose al dolor y a las afectaciones de las que han sido y son objeto. Ellas son las protagonistas a las que hoy rendimos tributo.

El pasado 29 de noviembre conmemoramos, junto a las redes de mujeres, el Día Internacional de las Defensoras de Derechos Humanos en homenaje a las miles de mujeres que, de manera individual o colectiva, día tras día defienden los derechos económicos, políticos, sociales, culturales o ambientales en el mundo y en Colombia, quienes además con valentía y persistencia se resisten a la desigualdad y la violencia, en una labor que en muchas ocasiones es solitaria, peligrosa y se ejerce en condiciones sociales adversas. Hoy sus historias merecen ser escuchadas, y sus causas respaldadas. Este es un paso indispensable para reconocer, valorar y sobre todo garantizar su importante participación en la defensa de los derechos humanos universales.

La defensa de los derechos humanos es aún un compromiso con riesgos, amenazas y violencias. Las mujeres líderes y defensoras son afectadas de manera diferencial por el hecho de ser mujeres en contextos de desigualdad y discriminación. A menudo, las mujeres son amenazadas o víctimas de violencia sexual, amenazas en redes sociales o campañas de difamación basadas en estereotipos de género; a menudo cuidan a sus familias, a sus comunidades, con extenuantes jornadas de trabajo y con poco cuidado y tiempo para ellas mismas. A pesar de los esfuerzos normativos y de política pública desplegados por el Estado colombiano para enfrentar y superar las expresiones de violencia y de estigmatización en su contra, la situación para las lideresas y defensoras de los derechos humanos continúa siendo extremadamente preocupante. Por ello, es imperativo dignificar la labor que realizan, así como su aporte a la paz y el desarrollo sostenible en Colombia. Un entorno seguro para su labor implica además asegurar la protección integral desde la perspectiva de género.

La histórica resolución sobre Protección de las Defensoras de los Derechos Humanos y las Personas Defensoras de los Derechos de la Mujer, que fue adoptada hace cinco años por la Asamblea General de las Naciones Unidas, hace un llamado a reconocer la importante contribución que las mujeres defensoras de los derechos humanos realizan en la construcción de la paz, la justicia y la igualdad. La resolución reconoce los riesgos, la discriminación y la violencia sistemáticas que enfrentan las defensoras de los derechos humanos y exhorta a los Estados a adoptar políticas y programas concretos que incorporen una perspectiva de género para crear un entorno seguro y propicio para la defensa de los derechos humanos.

Desde ONU Mujeres y la alta comisionada para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas en Colombia reconocemos a las activistas, lideresas y defensoras de los derechos humanos en Colombia. Rendimos tributo a ellas, a las organizaciones y redes. Hacemos un llamado para detener todo tipo de violencias contra ellas y contra todas las mujeres e instamos a la sociedad a un pacto conjunto: las lideresas y defensoras son tejedoras de esperanza, semillas de futuro y sembradoras de vida, es nuestro deber como sociedad garantizar su derecho a la vida. Por ello hoy, y todos los días, defendamos a las defensoras.

* Ana Güezmes es representante de ONU Mujeres en Colombia. Alberto Brunori es representante de ONU Derechos Humanos en Colombia.

 

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