Nada más que sufrimiento y desolación

Beatriz Vanegas Athías
05 de mayo de 2020 - 05:00 a. m.

Tengo una horrible certeza: a mayor conocimiento de la infamia y la desigualdad en Colombia, mayor es la insensibilidad del presidente, los ministros y senadores afectos al gobierno. Por ejemplo: El primero de mayo una brigada del ICBF rescató a cinco niños wayuu en Bahía Honda, Alta Guajira en estado agudo de desnutrición. No hay certeza del estado real de los infantes, muchos podrían estar en riesgo de desnutrición. Esta es la situación normalizada, nada de sustos, nada de asombros, nada de soluciones.

Ante la llegada del COVID -19, como escribe Ana Ajmátova,  “medio país encerraba, y el otro medio estaba encerrado”. Porque hay muchas maneras de encierro. Por ejemplo, veo las declaraciones de los campesinos de Majagual, Sucre (que votaron por el que dijo María del Rosario Guerra, que dijo Álvaro Uribe) clamando por mercados porque se mueren de hambre. No existe entonces el hombre colombiano pensante, existe el hombre y la mujer colombiano mendicantes.

Tengo otra horrible certeza: en la Colombia que no pasa la cuarentena leyendo, oyendo música y viendo televisión, sólo hay un deseo, morir de muerte natural. No por una bala, ni de hambre o las puertas o en el pasillo de un puesto de salud. Esas son las tres causas de muerte en Colombia y provienen directamente del Estado neoliberal y mafioso que administra el país. Un Estado que actúa por omisión o como cómplice del destino mísero y violento de la Colombia rural que literalmente lo elige.

Un argumento de hecho: En el territorio limítrofe entre Antioquia y Chocó están situados Belén de Bajirá, Nuevo Oriente, Blanquicet y Macondo. Es un territorio adscrito a Turbo que en términos geopolíticos y económicos representa el riquísimo cultivo del banano, la palma de aceite con la consecuente presencia de terratenientes.

Luis Pérez Gutiérrez, el famoso gobernador Lupe, demandó al Instituto Geográfico Agustín Codazzi porque declaró que eran tierras de Chocó. Pero es que más allá de los cultivos de banano, palma de aceite, plátano, arroz, madera, existe el interés de crear puertos internacionales cuya construcción ha traído el aumento de asesinatos de líderes comunitarios que defienden el territorio que es un corredor de salida de productos non sanctos hacia Panamá. De ahí el interés de sectores políticos y empresariales antioqueños por anexar estos territorios, que además representan un caudal electoral.

Antioquia alega que se ha invertido en infraestructura, pero a la hora de constatar se trata de esa forma fragmentada de estar presente el Estado en el territorio. Andrés Suárez, miembro del grupo de investigadores del informe ¡Basta Ya! Colombia: memorias de guerra y dignidad, habla de los cinco ejes fundamentales para entender el conflicto armado colombiano y en el quinto menciona que en Colombia “hay lugares en los que la presencia del Estado es muy moderna con unas garantías democráticas muy buenas, pero a medida que nos vamos alejando hacia los territorios más marginados, aparece un Estado con problemas de integración regional muy desigual, muy precaria, muy grave”.  Tal es el caso de Belén de Bajirá desde siempre y en tiempos de pandemia más. Por ejemplo, existen dos puestos de salud que hoy atienden sólo urgencias. El puesto más precario es el Belén de Bajirá en el Chocó y el medianamente dotado es el de Mutatá. Allá se encuentran atrapados muchos enfermos como don Luis Arcadio Mosquera Tovar, que requieren tratamientos urgentes que no han sido suministrados porque no hay ni disponibilidad, ni ambulancia para trasladarlo hacia Apartadó o Medellín pese a una tutela fallada a su favor. Hasta estos desolados y oxidados puestos de salud llegan indígenas de la etnia Emberá katío que incluso la jeringuilla para aliviar su dolor deben comprar. Imagínense, lectores, dónde los implementos de protección para prevenir el COVID-19. Parece que estos catorce mil habitantes de Belén de Bajirá solo tuvieran para mostrar, sufrimiento y desolación.

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar