No cantar victoria: ¡organizarla!

Luis I. Sandoval M.
20 de febrero de 2018 - 04:55 a. m.

Cierto que los sectores alternativos no pueden cantar victoria por el hecho de que Petro y Fajardo punteen en las encuestas y De la Calle siga subiendo. La advertencia sirve para constatar condiciones favorables pero inciertas y, a partir de ellas, establecer una estrategia con los pies en la tierra. 

«Tenemos dos opciones. Podemos ser pesimistas, abandonar y contribuir a que ocurra lo peor sin vuelta atrás. O ser optimistas, atrapar las oportunidades que sin duda existen y contribuir, tal vez, a que el mundo sea un lugar mejor. No es una elección demasiado difícil». Noam ChomskyOptimismo contra el desaliento, 2017. 

Muy útil este enfoque para nuestro presente. De manera reiterada las encuestas han indicado que Fajardo y Petro, Petro y Fajardo, tienen índices de favorabilidad altos y que los dos están muy cerca entre sí, con ventaja entre 5 y 10 puntos sobre sus inmediatos seguidores. Se toman en cuenta los publicitados resultados de Cifras y Conceptos, Invamer, Guarumo nueva firma encuestadora, Yanhaas. El voto en blanco estaría entre el 16 y el 30%, en medio de una gran abstención. 

Son encuestas de comienzo de campaña que en el curso de los cuatro meses siguientes van a sufrir variaciones en razón de tres factores: maquinaria, dinero y opinión. Lejos estamos de campañas limpias, sin manipulación, compra de votos, o violencia. Las opciones tradicionales y emergentes que representan el statu quo recurrirán a la política espectáculo, el “apoyo” de los grandes contratistas y las técnicas de posverdad para generar descalificación, prevención y miedo. 

Pero en medio del descrédito general de la política envilecida, no hay duda que la persistencia de los nombres de Petro y Fajardo en los primeros lugares es un indicio, por fin, de que la gente del común se está inclinando por posturas renovadoras. Se quiere cambio y transformación efectivos, se quiere ir más allá de cumplir los acuerdos de paz, se quiere priorizar la respuesta a problemas en materia de salud, educación,  empleo, energía, ambiente y seguridad cotidiana. 

Fajardo está respondiendo al clamor por transparencia y Petro está respondiendo al clamor por una economía humana y amigable con la naturaleza. Los dos generan confianza porque sus trayectorias muestran que tienen voluntad y capacidad para cumplir lo que prometen. De la Calle se fortalece en la fórmula con Clara López para hacer entender que el cumplimiento de los acuerdos no constituye una debacle sino una oportunidad. 

En estas condiciones el optimismo tiene que traducirse en un plan de acción que consolide lo que es positivo pero disperso e incierto. Fajardo, Petro y De La Calle–López  pueden protagonizar un entendimiento consistente en un pacto de gobierno que le devuelva la esperanza a Colombia.  Esa opción ganaría la presidencia con respaldo nunca visto en la historia electoral del país. 

El plan no puede ser otro que abrir un diálogo sincero, realista, incluyente, sin vanidades, con sentido estratégico, que produzca acuerdos para sumar, multiplicar y triunfar. El entendimiento no será a la vieja usanza de trueques clientelistas, sino la construcción de corresponsabilidad alrededor de un conjunto de objetivos que seduzcan a la gente y hagan que el voto de opinión triunfe sobre las maquinarias.

Se tendrán que asumir los resultados de las elecciones parlamentarias de marzo 11 pero, cualesquiera que ellos sean, los tres en referencia podrían adquirir el compromiso de rodear a quien eventualmente, a pesar de ir separados, gane el paso a segunda vuelta. Si tampoco esto o curre lo que vendrá será un tsunami de adhesiones y votos hacia el candidato más querido por la gente.

lucho_sando@yahoo.es

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