Nos quieren quitar el derecho al aborto ¡y en nuestras narices!

Catalina Ruiz-Navarro
04 de octubre de 2018 - 05:00 a. m.

En Colombia somos inmensamente afortunadas porque el aborto es legal, en tres causales, desde hace 12 años, pero una sentencia ante la Sala Plena de la Corte Constitucional podría hacer inaccesible este derecho.

Latinoamérica y el Caribe son las regiones del mundo más restrictivas en cuanto a derechos sexuales y reproductivos: de ocho países del mundo en donde el aborto está prohibido y criminalizado en todos los casos seis son El Salvador, Honduras, Nicaragua, Surinam, Haití y República Dominicana y los dos restantes son la isla de Malta y el Vaticano. Aunque muchas personas no lo saben o no lo aplican, en Colombia existe la causal salud mental, que significa que si un embarazo presenta un riesgo para la salud mental de la mujer se puede interrumpir de manera legal y segura, y pues todo embarazo no deseado y la perspectiva de maternidad forzada impactan terriblemente nuestra salud mental. En Colombia también existen, desde 2006 y gracias a la misma sentencia de la Corte Constitucional, la causal violación y una tercera causal que opera cuando el o la feto padece una condición incompatible con la vida extrauterina.

Hace unos meses, una mujer de 33 años solicitó un aborto por esta última causal a la EPS Compensar, que es conocida por dificultar y hasta negar el acceso de las mujeres a un aborto legal. La EPS prestó el servicio con seis semanas de dilación y esto le generó a la mujer una depresión. Finalmente el aborto se realizó, tarde, y por dos causales (malformación y salud mental), luego de que la mujer interpusiera una tutela. Esta tutela llegó al despacho de la magistrada de la Corte Constitucional Cristina Pardo, quien, cuando trabajaba en Presidencia hizo pública su postura en contra de las tres causales del aborto legal. Es más, frenó el trámite de la sanción presidencial de la Ley 1719 de 2014 que establecía medidas de protección para las víctimas de violencia sexual, incluida la interrupción de un embarazo no deseado. En ese entonces Cristina Pardo dijo públicamente que no iba a tramitar la sanción porque la ley decía que las víctimas de violencia sexual pueden acceder a la IVE y que ella no estaba de acuerdo con las causales de la sentencia C-355/06.

Hoy la magistrada Pardo prepara una ponencia que busca limitar las causales temporalmente, lo cual haría el derecho al aborto prácticamente inaccesible. Si así como estamos a las mujeres en general les dan entre 9 y 11 semanas de largas en las EPS para garantizar el derecho, con un tope de semanas sería prácticamente inaccesible y esto es, por supuesto, más grave para las mujeres que viven en áreas rurales y apartadas, que no tienen acceso a información sobre sus derechos sexuales y reproductivos, para niñas víctimas de violación. De forma extraordinaria la magistrada ha pedido que la sentencia se vote en Sala Plena, y esto significa que si le aprueban la limitación por semanas la jurisprudencia sentará un precedente casi imposible de reversar. Una sentencia así puede mandar los 12 años que llevamos tratando de avanzar en la implementación de este derecho directo a la basura. Y el plan es que esto pase frente a nuestras narices y sin que nos demos cuenta a tiempo para llamar a una movilización.

Pero estamos a tiempo de movilizarnos. El gran ejemplo que nos acaba de dar Argentina es que el aborto es un derecho que ante todo requiere una despenalización social y por eso es urgente que las mujeres y feministas de Colombia nos tomemos las redes y las calles para enviarle a la Corte Constitucional el mandato de proteger nuestros derechos fundamentales. Como dijo el viernes pasado la feminista y activista argentina Georgina Orellano: “Educación sexual para descubrir, anticonceptivos para disfrutar y aborto legal para decidir”.

@Catalinapordios

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar