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Objetos de guerra

Alberto López de Mesa
12 de marzo de 2021 - 05:43 p. m.

”Máquinas de guerra” es la figura retórica con la que el ministro de Defensa, Diego Molano, denomina a los menores reclutados por la guerrilla para justificar la muerte de los que, el 2 de marzo en Calamar Guaviare, se hallaban en el campamento bombardeado por el Ejército en operativo contra las tropas fortalecidas de alias Gentil Duarte.

La denominación “Máquinas de guerra” promulga dos connotaciones perversas, una subliminal cual es la deshumanización de los finados mencionándolos como objetos y no como sujetos, la otra es el embuste figurado que acusa gran peligrosidad para que no se consideren víctimas a los muchachos dados de baja.

Supe que el hoy extraditado paramilitar Hernán Giraldo le llamaba “Los Trapos” a los menores que reclutaba para su Bloque Tayrona, a los que usaba como señuelos uniformados para que el Ejército, atacándolos, delatara su ubicación, también en los combates ponía “los Trapos” al frente como escudos humanos o como carne de cañón.

El reclutamiento de menores ha sido táctica histórica de todas las guerras, con alevosía en los ejércitos por fuera de la ley, porque les es fácil reclutarlos por la fuerza, porque les sirven de rehenes para someter poblaciones, porque los instrumentalizan en función de sus delitos, porque son soldados esclavos, porque en situaciones desventajosas les sirven de escudos humanos y particularmente las muchachas son objetos sexuales para saciar lascivias. La verdad es que a los reclutas menores de 18 años se les aprovecha su osadía, su impetuosidad propia de la juventud, no la experticia de combatiente, son soldados desechables como sicarios urbanos o para poner al frente de la batalla como kamikazes inconscientes.

Por supuesto, se dan guerreros espontáneos en pueblos con tradición guerrerista como en la antigua Esparta, como en tantos pueblos colombianos en incesante violencia, siempre hubo y habrá guerreros

prematuros como el legendario Aquiles y aquí el también legendario Manuel Marulanda quien a los 17 años ya lo apodaban “Tiro fijo”.

Los adolescentes, los jóvenes, impelidos a luchar por causas ajenas, el instinto de conservación los hace irascibles, aún así tan vulnerables a las contingencias bélicas y criminales como las inermes poblaciones civiles propensas a ser víctimas de la guerra. Ante lo cual, es responsabilidad ineludible de los Estados prevenir el reclutamiento de menores, asegurar la supervivencia de los que han sido obligados a combatir y comprometerse con su rescate.

El Consejo de DDHH de la ONU recomienda a los gobiernos de países con conflicto armado, que para evitar el reclutamiento forzado de menores, desarrolle acciones interdisciplinares de todas las instancias comprometidas con los derechos constitucionales de la infancia y la juventud, y que se exija en toda operación militar priorizar el rescate con vida de menores de edad forzados a combatir en las tropas contrincantes.

En Colombia, informa la ONG Ideas para la Paz, que el reclutamiento forzado de menores se da intensamente en 104 municipios de 21 departamentos donde se registran factores de violencia generalizada, cultivos ilícitos, minería ilegal, rutas y corredores de narcotráfico y contrabando. Bandoleros expertos en reclutar menores, organizan fiestas clandestinas, amenazan familias, hacen batidas repentinas en corrillos juveniles, persuaden con engañifas o raptan muchachos desprevenidos.

Toda la comunidad civil colombiana debe sensibilizase sobre la fatalidad desgraciada que sufren los menores cooptados para la guerra, porque la participación consciente de la ciudadanía contribuye en la prevención y la denuncia de la criminal práctica. En cambio, denominar “Máquinas de guerra” a los menores reclutados por la fuerza, es una criminalización dolosa de víctimas impotentes que abona indolencia en la opinión pública. Es un excusa perversa del irresponsable proceder del Ejército.

Los muchachos y muchachas combatientes forzados no son objetos de guerra, son seres humanos caídos en desgracia por culpa del abandono y el desamparo de un Estado indiferente a la realidad de sus regiones.

AL MARGEN

La alcaldesa Claudia López, ahora que las encuestas muestran la baja aceptación e impopularidad de su gestión, para congraciarse con la ciudadanía recalca el imaginario popular que culpa de la inseguridad actual a la presencia en las calles de migrantes venezolanos.

Al divulgar con énfasis la captura de delincuentes de nacionalidad venezolana, por inercia está abonando la xenofobia latente en la ciudadanía.

Buen ejemplo el de España, donde la alcaldía de Madrid, ciudad que también ha recibido muchos venezolanos, optó por no mencionar la nacionalidad de los delincuentes capturados, con lo cual frenó la discriminación a los extranjeros, en cuyos diversos modos de vida el delito no es lo mayoritario, en cambio son muchos los profesionales y talentosos que resuelven su condición de desplazados valiéndose honestamente de su idoneidad, lo cual siempre ha sido un invaluable aporte al desarrollo de las ciudades.

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UJUD(9371)13 de marzo de 2021 - 01:34 a. m.
Lo único q saben los de la cú cula militar es bombardear, fumigar , asesinar jóvenes humildes.
Contumaz Apostata de la Dextrocardia(likt7)13 de marzo de 2021 - 05:22 p. m.
Pero estos bodegueros acaso no vienen de una familia?...no tienen una?...sentimientos de empatía, solidaridad, amor, ternura...que severa alexitimia, están enfermos, que neurosis psicopática, tremendos sociopatas hay en esta pobre tierra...recuerden: das lo que recibes y recibes lo que das. Debieron ver mucha violencia en sus casas y matoneo del duro en sus colegios. Gente así destruye países.
Berta(2263)13 de marzo de 2021 - 01:52 p. m.
Lamentablemente así es... Se la pasan rezándole a la "virgen de Chiquinquirá", una de las tantas divinidades del catolicismo, van a misa y comulgan; y sin embargo, llegado el momento consideran que la vida de niños campesinos o indígenas o de las comunidades negras o de las barriadas pobres de este país de espanto, no valen nada, que solo son "máquinas de guerra”.
Atenas(06773)13 de marzo de 2021 - 01:24 p. m.
Y sigue la función del derruido circo, ahora con el payaso ñero q' no despierta risa ni solidaridad de sus parceros, tan pobre es su presentación, pues cuando se lanzó pa el concejo por la carpa de siniestro sujeto de la colombia humana ni los del bronx con tremenda juma encima le comieron cuento. Con este tiene mas gracia un planazo en las espaldas. ¿Quién se desgasta ahí?
Hugo(96746)13 de marzo de 2021 - 12:05 p. m.
Después del escándalo mediático promovido por la izquierda radical y los auxiliadores ideológicos de los grupos armados ilegales contra el bombardeo sobre campamentos con presencia de menores de edad, se ha disparado el reclutamiento de niños. ¿Estamos alentando la muerte de los niños alegando equivocadamente su protección. ¿Los estamos condenando a que las FARC los usen como “escudos humanos”?
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