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Aburridor

Iván Mejía Álvarez
09 de febrero de 2016 - 03:33 a. m.

Rubén Israel, técnico de Millonarios, había dicho a mitad de semana que su gran preocupación era conseguir que su equipo hiciera un fútbol agradable para la tribuna, que jugara bien, para poder llenar el estadio cada vez que actuara en El Campín.

Tres días después, en el estadio de la calle 57, Millonarios y Santa Fe hicieron un lánguido y aburrido partido con el 0-0 ya conocido. Las opciones de gol fueron mínimas para los dos equipos, el espectáculo estuvo ausente y el tedio y aburrimiento se apoderó de las dos hinchadas y del público que seguía por televisión el litigio.

Sin embargo, tanto Israel como Pelusso se fueron contentos con el rendimiento de sus equipos. La mentalidad del no perder se había impuesto, sus equipos estructuraron bien la táctica, cumplieron a rajatabla las indicaciones para cercenar los talentos, acabar las sociedades, neutralizar el juego colectivo, cercar los caminos al arco, pero se quedaron en eso, en una sola fase, la defensiva, olvidando que el fútbol se juega en las dos áreas y que tan sólo hicieron una parte de la tarea: defenderse.

Y es en ese punto donde se encuentran las contradicciones entre el discurso de Israel y lo que ofreció Millonarios. Si el técnico uruguayo está convencido de que “jugar bien” es cerrar su arco, sin crear más de una opción en el partido contra Santa Fe, apague y vámonos. Lo que le espera al hincha azul es crítico. Cuatro días después de jugar al ataque y ganarle a Patriotas, cambió el predicado y lo importante pasó a ser que no le hicieran goles. Olvidaron la posesión, la apertura, el juego de bandas, el acompañamiento, y simplemente amontonaron gente para no perder. Discurso realista y válido, cada cual se rasca las pulgas como le viene en gana, pero entonces que no venda humo de un fútbol agradable a la óptica, de un fútbol bien jugado.

En ese sentido es más leal consigo mismo Pelusso, el técnico de Santa Fe. Nunca ha pregonado espectáculo ni buen juego, siempre ha apelado y vendido “resultados”; ya los consiguió en la Sudamericana y los ha mostrado en el torneo doméstico. Usted sabe que los rojos son muy buenos defendiéndose, que arman bloques de 6, 7 y 8 cercanos al balcón del área y que en el pasado contragolpeaba con Quiñones y Morelo y hoy lo intenta con Gómez y con Ibargüen.

De todas formas, para Pelusso y para Israel: la mejor manera de alejar al público del estadio es jugando como lo hicieron el domingo pasado. Pueden ser los reyes de la táctica, pero si no le meten ataque, ese sancocho se vuelve incomible.

 

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