¡Azúcar!

La Superintendencia de Industria y Comercio acaba de ordenar a la Asociación Educar Consumidores que retire del aire la campaña publicitaria que advierte sobre los riesgos del consumo de bebidas azucaradas, como gaseosas, té helado, jugos en botella, y que recomienda en cambio beber agua, té u otras bebidas no edulcoradas.

La razón que aduce la SIC es que la información que usaron no tiene base científica comprobada. Pero lo que también se sabe es  que la denuncia contra el  comercial fue promovida por gaseosas Postobón. Una vieja historia que se repite: una empresa poderosa ve en riesgo sus márgenes de ganancia  y trata de acallar verdades que no le convienen a costa de la salud del consumidor.

La falla de Educar Consumidores, una organización que estudia los efectos del consumo en la salud, fue haber producido un comercial que prefirió el tremendismo a la información científica precisa. Pero nadie puede negar su fondo de verdad: cientos de investigaciones recientes han demostrado que el consumo de azúcar libre puede causar obesidad, y con ella enfermedades cardiacas y renales y diabetes; y también caries, hiperactividad en los niños, ácido en el tracto gastrointestinal, y muchas otras cosas. Y ¿qué es exceso, según la OMS (Organización Mundial de la Salud)? Consumir más de 50 gramos al día, es decir seis cucharaditas, dentro de una dieta de 2.000 calorías. Y, según leo, una botella de 20 onzas de una bebida gaseosa puede contener hasta 69 gramos de azúcar. ¿Tendrá razón Educar Consumidores?

Yo aprecio la tarea que está desempeñando la SIC en manos de Pablo Felipe Robledo. Pero la verdad es que en la televisión todavía vemos comerciales sobre tónicos, fajas adelgazantes, cremas, cuyos efectos nadie puede comprobar. Y que todos los días se promueve por esa vía el consumo de alimentos procesados llenos de colorantes, aditivos y conservantes nocivos para la salud. Y no hay para ellos sanción ninguna. ¿Por qué, entonces, la rapidez con la que se reacciona frente a una campaña de carácter didáctico, que en todo caso alerta a la población sobre los riesgos que corre consumiendo ciertos productos?

En relación con el azúcar las cifras son alarmantes: mientras hace tres siglos una persona no consumía más de 2 kilos y medio al año, hoy en día puede llegar a consumir 46 kilos en el mismo lapso. El 32% de los norteamericanos sufren de obesidad. En Colombia, según la Encuesta Nacional de Situación Nutricional del 2010, más de la mitad de los adultos y el 17% de los menores presentaban sobrepeso y obesidad. Las personas que crecimos en medio del auge del consumo ilimitado de azúcar, ignorantes de sus efectos nocivos, ya no podemos reversar el proceso. Pero nuestros niños y jóvenes deberían ser aleccionados al respecto, con campañas como la de Educar consumidores. Y la iniciativa de gravar las bebidas con azúcares añadidos deberían implementarse, como se hizo ya en países como Reino Unido, Francia y México. Las campañas informativas sobre los efectos en la salud del cigarrillo, las grasas trans, el alcohol, han terminado por triunfar. Y ahora, pésele a quien le pese, le tocó al azúcar, así nos duela a los golosos del mundo entero.